FINANZAS PUBLICAS SOLO PARA LA FOTO, POR DENTRO UN COMPLETO DESORDEN
Normalmente en los periódicos y columnas las finanzas públicas se analizan sobre el déficit o superávit que presenta, para de ahí sacar conclusiones sobre lo mal o bien que vamos y hasta donde el presupuesto planteado por el ejecutivo y autorizado por el Congreso se está respetando.
Al cierre del primer trimestre del 2022 los ingresos en términos reales aumentaron 2.2% base anual y los gastos 0.8% lo que implica un relativo equilibrio de las finanzas Públicas durante dicho periodo. Lo que nos da una idea de que la SHCP cuando menos está cuidando de dicho equilibrio.
Lo malo viene cuando nos damos cuenta de que estos números, en particular los ingresos dependieron de un incremento en los petroleros de 31.8% dado el incremento del precio internacional del petróleo y los no petroleros que realmente reflejan el estado de la economía cayeron 2.2%. La vulnerabilidad es notoria, ya que, el ingreso petrolero será temporal y los ingresos tributarios muestran ya sensibles bajas, la captación de IVA se redujo 13.1% y el IEPS como era de esperarse por su no aplicación en los combustibles cayó 38.4%. El único que mostro comportamiento positivo fu el ISR con 13.5% con factores de una mayor cobertura de contribuyentes y la misma necesidad de las empresas de recuperarse, incrementando precios muy por arriba de la inflación. Habría también que ver a detalle la recuperación de créditos fiscales que está llevando a cabo el SAT.
Por el lado de los ingresos, las presiones se acentuarán dado el anuncio oficial de la federación, de que no habrá participaciones a los estados y municipios del IEPS de los combustibles y la bolita la pasan a los gobernadores quien contaran con menos recursos para sus entidades. El resultado será como lo sabemos de antemano, más deuda estatal y más impuestos locales al público. Esto acentuara los problemas en las economías locales que están lidiando con el impuesto más gravoso que es la inflación, la cual continúa aumentando.
Al ver el detalle de la foto de las finanzas públicas, vemos que el verdadero desorden está en la discrecionalidad del gasto y la continuidad en el crecimiento de apoyos sociales como medidas más que populistas a la vista de las próximas elecciones y haciendo crecer la burbuja de que todo va bien y la pobreza está disminuyendo.
El gasto en protección social, relacionado a las transferencias asistenciales se incrementó 16.4%, ascendiendo a 431 mil millones de pesos, mientras que el gasto en educación cayó 17.2% y el rubro de inversión física tan importante para el crecimiento del país se redujo 2.8%, continuando su comportamiento a la baja. Cabe señalar que aquí se encuentran los proyectos insignia de la presidencia, los cuales se llevan la mayor tajada del gasto, continuando con el despilfarro y capricho gubernamental.
La forma de preocuparse por el pueblo es caprichosa y discrecional, para darles una idea, lo que se gastó en el primer trimestre del año en educación y salud fue de 340 mil millones de pesos, esto es el 78% de lo gastado en programas sociales. Todos sabemos que estas becas y apoyos dados indiscriminadamente, solo son un paliativo y para nada sirven a crear un futuro mejor para los jóvenes. ¡Educación, esfuerzo, ganas de superarse y salir adelante!!… para qué. ¡Ayudar en la casa!… La beca es mía, no de mi mamá. Esta es la triste realidad, junto con la opacidad de como se está gastando y las irregularidades y corrupción de todos los días. Mientras nuestra juventud sigue de carne de cañón del crimen organizado. ¡Al cabo también son humanos!
