AMLO “AVE DE TEMPESTADES”
Antes la imagen y comportamiento de un Presidente, cuando menos en apariencia, era de aplomo, serenidad para mantener al país en calma, renovando las esperanzas del pueblo sobre un mejor futuro. Las cosas cambian y con la 4T, llegó un presidente “Ave de tempestades”, que no hay día que no abra un nuevo conflicto contra algún sector o institución de la sociedad, de algún país o hasta de algún periodista o persona, intelectual o académico. Su secreto para bien o para mal ha sido el uso de un lenguaje populista y trillado de ser un gobierno para los pobres, subestimando los problemas y con un objetivo “maquiavélico” de distraer sobre lo verdaderamente importante para el país, que es su seguridad, su salud, el empleo y su economía en general.
Como les he comentado el panorama no es nada halagador y haríamos bien aprovechando este 21 de marzo para cargar energías para aguantar lo que se nos viene. La inflación está demostrando que no es un fenómeno pasajero manteniéndose arriba del 7%, y trayendo un ritmo anualizado del 11%. Esto es un promedio de toda la canasta de bienes y servicios que consumimos y no de los productos básicos que han incrementado su precio entre el 20 y 30%. Esto es de preocuparse, ya que afecta el poder adquisitivo de la gente, igual a los que tienen beca, pensión o trabajan. La economía está estancada y no se ve que el gobierno haga nada por revertir esto. Los microcréditos autorizados son un chiste, se requiere un real apoyo a las Pymes y la banca de desarrollo se avoque a apoyarlas y dejen de ser los bancos de los políticos y sus proyectos privados.
Las tasas de interés en el mercado secundario se vuelven un factor inflacionario al encarecer el crédito al consumo, volviendo un via crucis para las personas la compra de artículos en “módicos pagos semanales” donde al final vienen pagando el doble o hasta el triple de lo que realmente cuesta. Cabe mencionar que el incremento de tasas de interés por Banxico para regular la inflación, no son el problema. Este radica en las tasas y comisiones bancarias y las ofrecidas por las tiendas departamentales quienes se vuelven unos agiotistas no regulados.
A la inflación de costos interna que registran las empresas, se han agregado factores externos como el alza del petróleo y gas, de granos en los mercados internacionales y de metales claves en todo proceso productivo. Los estragos de la guerra en Ucrania, aparte de destruir y ocasionar un éxodo de más de 10 millones de personas ha trastornado todos los mercados en forma exagerada producto de la especulación e incertidumbre de sus efectos.
La alta inflación también está pegándole fuertemente a los Estados Unidos, con niveles superiores al 7%, lo que ha bajado su expectativa de crecimiento anual del 7% del 2021, a solo 2.8% para el 2022, lo que conlleva malas noticias para las exportaciones mexicanas.
Todos estos elementos pronostican un mal año para la economía mexicana por lo que sería deseable tener un presidente más preocupado por esta situación y olvidarse de politiquerías que solo dividen al país y ya tienen tres años perjudicando la inversión privada y pública, subestimando el efecto de la inseguridad y el descuido total del sector salud, incluido el mal manejo de la pandemia.
El desorden lo tiene dentro de su mismo partido y gabinete, donde los golpes bajos y grilla están al orden del día. Triste es ver que nuestros representantes en la cámara de diputados y senadores se portan de la misma manera, en lugar de proponer soluciones a la problemática de esta crisis que amenaza con agravarse.
