El dinosaurio que no levanta cabeza: cómo el PRI ha navegado sus crisis desde el año 2000

9 junio 2022
Visto: 647 veces

 

 

En el año 2000 el Partido Revolucionario Institucional (PRI) recibió un duro golpe pues, por primera vez, perdió la Presidencia de la República y con eso se dio una de las primeras crisis de identidad para el tricolor, pues desde su fundación nunca había permanecido sin gobernar.

La elección presidencial de 1988, la formación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la fundación del Instituto Nacional Electoral (INE), el asesinato de Luis Donaldo Colosio, la irrupción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas, la devaluación del peso, el error de diciembre y muchos otros factores sociales, económicos y culturares fueron la antesala para que el priismo se fuera diluyendo en los últimos años del siglo XX.

Fue en las elecciones del 2000 cuando, frente al candidato del Partido Acción Nacional (PAN), Vicente Fox Quesada, que perdieron la primera elección en la historia del instituto. El primer priista en perder la Presidencia de la República fue el exgobernador de Sinaloa, Francisco Labastida Ochoa, quien obtuvo 13 millones 579 mil 718 sufragios; mientras que el ganador obtuvo cerca de 16 millones de votos.

Pese a haber perdido la titularidad del Ejecutivo, el Revolucionario Institucional no perdió poder en las gubernaturas ni en las dos cámaras de Legislativo Federal, por lo que se mantuvo siempre como un partido fuerte ante la ciudadanía.

Después de dichos comicios, de los 128 senadores, el tricolor contaba con 60 legisladores, 14 más que su entonces rival el PAN; así como de los 500 curules en la Cámara de Diputados, la bancada estaba conformada por 211, cinco más que el blanquiazul.

Mientras que seguía manteniendo el poder en las entidades federativas, puesto que gobernada 19 de ellas; muy lejos de ese número, Acción Nacional comenzaba a robarle protagonismo en ocho estados; mientras que el Partido de le Revolución Democrática gobernaba cinco, entre ellos el entonces Distrito Federal.

No obstante, tras tres años del sexenio de Vicente Fox, en las elecciones del 2003 el PRI recuperó más curules en la Cámara Baja, pues de 211 pasó a 224 diputados, lo que se reflejó como un repunte del partido, pese a haber perdido la presidencia tres años atrás.

En 2006 llegarían las elecciones presidenciales, aunque algunos pensaron que el Revolucionario Institucional podría levantarse después del 2000 y por haber recuperado poder en las cámaras del Congreso de la Unión, el partido pasó a ser uno más en el espectro político, puesto que comenzó a llenar las expectativas de la población un militante del PRD, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

No obstante, ni la nueva popularidad del AMLO tras su gobierno en el DF le permitió ganar, pues por segunda vez consecutiva, el PAN se llevó la victoria a manos del Felipe Calderón, quien obtuvo 15 millones 284 votos; mientras que el tabasqueño se quedó muy cerca, de acuerdo a los datos del INE, con 14 millones 756 mil 350 votos, lo que representó una diferencia de 0.58 puntos.

Muy lejano a ese número quedó el priista Roberto Madrazo Pintado, quien venía de ser el gobernador de Tabasco, puesto que solo consiguió el apoyo de 9 millones 301 mil 441 electores, lo que le alcanzó para colocarse en el tercer lugar, siendo el peor resultado del partido hasta la fecha.

Aunque el descalabró no fue únicamente en el Ejecutivo, puesto que perdieron más de la mitad de la bancada en el Senado de la República, al quedarse únicamente con 33 representantes; en la Cámara de Diputados fue todavía peor, puesto que de 224 quedaron reducidos a 106; mientras que en las gubernaturas perdieron dos, quedando solamente con 17.

Tras volver a perder la presidencia y disminuir su poder en el país, el PRI entró en una especie de crítica interna sobre el futuro del instituto, pues, decían, no se podía permitir que siguieran perdiendo más poder. Ante lo cual, nació “la nueva generación de priistas”, políticos jóvenes que venían a refrescar la cara del partido, campaña que encabezó Enrique Peña Nieto, quien en ese momento ya gobernaba el Estado de México, arrasando en los comicios.

Al parecer la nueva cara del partido rindió frutos, a la par de la crisis que recayó en el PAN por la estrategia para combatir a los grupos del narcotráfico, pues en los comicios del 2009 -a la mitad del sexenio de Calderón-, el Revolucionario Institucional recuperó su poderío en San Lázaro y tuvo 236 diputados.

Con un mejor panorama tras el 2009, año en el que país también enfrentó la crisis sanitaria por la influenza AH1N1, el Revolucionario Institucional se preparaba para recuperar la Presidencia de la República en 2012 de la mano de Peña Nieto, quien se convirtió en uno de los gobernadores más populares de la federación y desbancó a un cuadro priista como Manlio Fabio Beltrones de la lucha por la silla presidencial.

Y la popularidad no fue para menos, pues en los comicios de tal año, el priista ganó la titularidad del Ejecutivo Federal con 19 millones 158 mil 592 votos, volviendo a dejar a AMLO en segundo lugar, ya que solo logró el apoyo de 15 millones 848 mil 827 sufragios.

Pese a arrasar en las elecciones, continuaron perdiendo cuadros en la Cámara de Senadores, pues aún con la alianza con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) quedaron con 61 integrantes; mientras que en la Cámara de Diputados quedaron con 213 curules. No obstante, en las gubernaturas recuperaron una, para quedar con 18.

Pese a haber ganado con amplía ventaja, incluso con acusaciones de delitos electorales por parte de la oposición, el expresidente Enrique Peña Nieto presumió durante su sexenio que una nueva generación de gobernadores del PRI movería a México.

No obstante, pese a la ilusión de una nueva generación de priistas, la gran mayoría de ellos terminaron presos, prófugos o ejecutados por grupos criminales. Entre los que destacaron Roberto Sandoval (Nayarit), César Duarte (Chihuahua), Javier Duarte (Veracruz) y Roberto Borge (Quintana Roo).

Fácil sería decir que solo fueron los exmandatarios locales; sin embargo, también estuvieron involucrados extitulares de dependencias, personas cercanas a Peña Nieto como Rosario Robles o Emilio Lozoya, quienes actualmente se encuentran presos y enfrentando procesos por diversos delitos contra la federación.

Lo anterior llevó a que en 2018 el PRI tuviera su peor resultado, puesto que obtuvo el tercer lugar de la mano de José Antonio Meade Kuribreña, quien obtuvo más de 9 millones de votos; mientras que el ganador, el actual presidente López Obrador se llevó la contienda con más de 30 millones de sufragios, cifra que lo convirtió en el candidato con mayor número de electores a su favor.

Desde entonces, la cara del tricolor no ha mejorado en absoluto, puesto que tras las elecciones de este 2022, el Revolucionario Institucional sigue cayendo en la popularidad de la ciudadanía. Actualmente solo gobierna en tres estados, dos de las cuales renovarán administración el próximo año; mientras que en las cámaras quedaron reducidos a un partido satélite.

Información de: Infobae

 

https://www.infobae.com/america/mexico/2022/06/09/el-dinosaurio-que-no-levanta-cabeza-como-el-pri-ha-navegado-sus-crisis-desde-el-ano-2000/

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *