Algo que vale la pena leer ALBERTO BOARDMAN

31 enero 2020
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La Bruja de Wall Street

Hetty Green, llegó a ser considerada la mujer más rica de América, pero no sería este logro lo que la llevaría a formar parte de la historia.

Según Charles Slack, autor del libro “Hetty: El genio y la locura de los Estados Unidos”, Green nació en 1834 en el seno de una familia acomodada. Desde una edad muy temprana asistió a su padre en los negocios familiares y al fallecer éste, cuando Hetty contaba con 31 años, heredó una pequeña fortuna calculada en un 1 millón de dólares. 50 años después, Hetty transformaría ese dinero en 1,600 millones de dólares actuales, con habilidad en los negocios, comprando y vendiendo bienes raíces, bonos, otorgando préstamos e invirtiendo en la bolsa de valores; incluso hubo un momento, en que hasta la propia ciudad de Nueva York le debió dinero.

Pero lo curioso de la historia, es la exageración de su tacañería. Vivió siempre en departamentos muy pobres para no pagar impuestos. Se alimentaba apenas de galletas baratas, avena y agua. Usaba el mismo vestido negro de algodón, viejo y sucio, del cual sólo lavaba la parte que arrastraba en el piso, (atuendo que le ganaría el apodo de “Bruja de Wall Street”). Despachaba sus negocios en las oficinas de los bancos, a donde llevaba tazones con avena para calentarla sobre un radiador y no gastar en gas. Cuando su marido con quien tuvo dos hijos quebró, lo abandonó a su suerte. El día que su hijo sufrió la fractura de una pierna, decidió cuidarlo ella misma para ahorrar en médicos, pero al final, la pierna del chico se infectó y tuvo que ser amputada por gangrena. Pasó una noche en vela buscando una moneda perdida. “La mujer menos feliz de Nueva York”, llamada así por los diarios de la época, murió a los 81 años de una apoplejía tras discutir con una camarera por el alto precio de la leche. Al final, su hijo varón despilfarró gran parte de su heredada fortuna en fiestas, joyas y excentricidades, y su hija mujer, quien falleció en 1951, dejó alrededor de 200 millones de dólares a organizaciones de beneficencia, escuelas y hospitales. Hetty tuvo su lugar en el libro de los Record Guinness, como la mujer más tacaña del mundo.

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.

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