DOMINGO DE LEYENDAS: XTABAY (CAMPECHE)

24 marzo 2024
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Yucatecos cuentan que la leyenda de la Xtabayse originó por dos mujeres: Xtabay a quien le decían Xkeban y Utz-Colel.

Xkeban se traduce como prostituta o mujer dada al amor ilícito, mientras que Utz-Colel quiere decir dama decente y limpia.

Estas dos mujeres vivían en un poblado pequeño, por lo que todos sabían cómo era cada una.

Se dice que Xkeban estaba enferma de pasión, por lo que entregaba su cuerpo a los hombres fácilmente.

Pero eso no le impedía ser una mujer de buen corazón, pues le gustaba ayudar a los pobres, enfermos y animales.

Los regalos que sus amantes solían darle, los donaba a los más necesitados sin pensarlo.

Por el contrario, Utz-Colel, quien era virtuosa, bondadosa y libre de pecados amorosos, no le gustaban los animales y mucho menos le gustaba ayudar a los pobres, su corazón era duro y frío a pesar de ser una persona recta.

La leyenda de la Xtabay cuenta que un día, la gente del pueblo dejó de ver a Xkeban en las calles, por lo que extrañados comenzaron a preguntar por ella y averiguar si algo le había sucedido.

Al pasar los días y sin éxito de encontrar a Xkeban, un delicado perfume con aroma a flores se esparció por todo el pueblo, lo que sorprendió a las personas quienes comenzaron a indagar de dónde provenía tan delicioso olor.

Dicha esencia los llevó a la casa de Xkeban, en donde yacía su cuerpo abandonado, la mujer había muerto.

Para la sorpresa de los habitantes, el cuerpo estaba custodiado por varios animales y se dieron cuenta de que los restos de la dama era el que emanaba dicho aroma.

Esto despertó la envidia de Utz-Colel, quien no podía creer por qué el cuerpo de Xkeban soltaba un olor agradable, cuando había sido una mujer vil e irrespetuosa.

Decía que el olor debería ser fétido y que tal vez el perfume era producto de espíritus malignos que querían engañar y provocar a los hombres.

Aseguró que el día que ella muriera, emanaría un aroma aún mejor, ya que ella sí había sido una mujer verdaderamente llena de virtudes.

Cuando enterraron el cuerpo de Xkeban, su nicho comenzó a soltar un delicioso aroma intenso, así como se fue llenando de bellas flores que nacían de la tierra.

Según cuenta la leyenda de la Xtabay, al poco tiempo, murió también Utz-Colel, los pobladores la acompañaron en su entierro por haber sido una mujer buena y ejemplar, pero no duraron mucho tiempo.

Esto debido a que el lugar se comenzó a llenar de un fuerte olor pestilente que quemaba la nariz, a cadáver putrefacto, lo que ahuyentó a toda la gente del cementerio.

La leyenda de la Xtabay continúa, pues a pesar de que las dos mujeres habían muerto, la historia no terminó allí.

Los días pasaron y sobre la tumba de Xkeban brotó una flor de nombre Xtabentún, una flor que genera un dulce néctar que embriaga a todo aquel que lo toma.

En cambio, sobre la tumba de Utz-Colel nació un cactus erizado, era espinoso y no soltaba olor alguno, su nombre era Tzacam.

A pesar de que una flor brotaba en la corona de dicho cactus, nunca emanaba olor.

Aún fallecida, Utz-Colel seguía envidiando a Xkeban, lo que la llevó a pensar que posiblemente el rico aroma que desprendía la otra mujer, era por las malas conductas que había tenido en vida.

Lo que la supuesta buena mujer no sabía, era que Xkeban se lo había ganado por la esencia de su ser y su nobleza, no por la mala fama que había tenido.

Utz-Colel no lo dudo más y pidió a los espíritus malignos regresar al mundo terrenal con la condición de ser una mujer pecadora con pasión desmedida.

La petición le fue concedida, pero ella, cegada por la envidia, no se daba cuenta de que la nobleza era lo que le hacía falta para ser como Xkeban.

Fue a partir de ahí que nació la leyenda de la Xtabay, pues hasta nuestras fechas, cuentan que Utz-Colel se aparece debajo de los árboles de Ceiba, donde atrae a los hombres solitarios y atractivos para ella.

Los enamora mientras peina su larga cabellera, los seduce por completo, pero termina asesinándolos por su olor nauseabundo que sigue emanando por no saber que la nobleza era algo que distinguía a Xtabay, la mujer a quienes todos conocían como Xkeban.

Ahora ya lo sabes, si eres hombre y andas por Yucatán, no permanezcas solo y menos cerca de un árbol de Ceiba, que la Xtabay te está observando para que seas su próxima víctima.

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