DOMINGO DE LEYENDAS. LEYENDAS “Sin Dios y sin Santa María”, la leyenda de las brujas.

3 marzo 2024
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Dicen que las brujas de Lagos de Moreno eran hermosas, que tenían mucho dinero y que diario, después de que su familia o maridos se dormían, sobrevolaban los cielos de la ciudad para chupar la sangre a aquellos seres inocentes que se encontraban en el camino.

La historia se remonta cuando hace unas décadas, desde la imaginación, todos concebían a las brujas volando por los aires no sin antes sacarse los ojos y esconderlos en el fogón que había en todas las cocinas, para ponerse los de un gato negro.

Una vez que sonaba la última campanada del templo a las 12 de la noche cuando ya finalizaba el día, de acuerdo a la leyenda de “las Brujas de Lagos” de don Jesús Martínez Ramírez, las maléficas señoras pronunciaban una fórmula mágica que era: “Sin Dios y sin Santa María”.

Batiendo sus alas de petate se elevaban en las negruras de la noche mientras que las familias, luego de rezar, se encerraban en sus casas a platicar de ellas y de La Llorona.

Se decía que las primeras brujas podían pasar por el ojo de una aguja y sólo las detenía la virtud de unas tijeras abiertas en cruz puestas en el umbral de una habitación donde dormía un niño, a quienes las brujas les sacaban la sangre.

Contaban de una madre que había iniciado a su hija en las artes diabólicasy que una noche tenía mucho apetito de sangre y el reloj parroquial no sonaba, por lo que al darse cuenta la mamá de la situación, le dijo que lechupara el dedo a su tata, mientras se llegaba la hora de irse.

También se decía que un hombre dijo un día que no creía en las brujas, por lo que las retó para que la noche siguiente bajaran a chuparle la sangre de un glúteo y al día siguiente no se podía sentar.

Además se creía que si tres personas que se llamarán Juan estaban juntas, podían agarrar a las brujas que por las noches pasaban sin ningún recato con su farol encendido.

Se decía que eran muchas y muy bellas y que cuando las agarraban ofrecían mucho dinero a sus captores para que las dejaran libres ante de que sus padres o maridos se enteraran de lo que hacían en las noches.

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