Innovar ganando: Escrito por Enrique Martínez y Morales.

8 junio 2015
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martinez1-300x233Debo confesar que no soy gran aficionado del futbol europeo, razón por la cual no tengo equipo predilecto. Sin embargo, una homonimia con el actual director técnico del Barcelona me obliga a enterarme de las noticias del equipo gracias al sistema de “Google Alert”, que me envía las notas periodísticas donde figuran indistintamente nuestros nombres.

El fin de semana el Barça se hizo de un gran logro: ganar por quinta vez la Champions, al derrotar en un apretado juego a la Juventus de Italia, para convertirse en el campeón Europeo. Esta no es una victoria aislada, la consigue después de haber triunfado en la Copa y en la Liga, logrando por segunda vez en su historia el idílico y escurridizo “triplete”.

El Barcelona nace como club en 1899 y desde entonces ha sido un referente nacionalista catalán. Hasta la fecha, los clásicos contra el Real Madrid son encuentros más políticos que deportivos, llenos de simbolismo místico: el federalismo contra el centralismo. De la misma forma, su apoyo a causas filantrópicas son bien conocidas por propios y extraños.

La historia del equipo y de sus estilos se resume en la de sus técnicos. En los 70´s el Club contrató a una serie de entrenadores holandeses que importaron las tácticas ofensivas propias de su país, enraizándose profundamente y convirtiéndose en la doctrina rectora de la institución.

El estilo ha sido exitoso y ha perdurado, pero no fue hasta que Pep Guardiola se hizo de las riendas del equipo en 2008 cuando el Barça dio un gran salto al implementar la estrategia de “innovar ganando”, parafraseando a Andrés Oppenheimer.

Regularmente, quienes hacen cambios son los que van perdiendo o se encuentran en problemas. Para Guardiola, cuando se va de gane es el momento de innovar para mejorar y consolidar el triunfo.

La unidad y la disciplina del equipo deben estar por encima de individualidades rutilantes; por eso a Guardiola no le tembló la mano para dar de baja a Ronaldinho, la estrella taquillera del equipo, al detectar que sus desplantes contagiaban al resto del equipo.

En el azulgrana se acabó de un tajo con el vedetismo. Ahora todos los jugadores son iguales, al extremo, incluso, de intercambiar posiciones en la cancha.

Ganar, para el Barça, es una consecuencia de estrategias bien definidas e ideales superiores. Felicidades por este nuevo logro, símbolo de las máximas aspiraciones del ser humano: soberanía, igualdad, unidad y fraternidad.

Mucha hay que aprender de este equipo, que se reinventa constantemente a sí mismo.

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