Las astillas son esa molestia típica de estas fechas, ya que pasamos más tiempo al aire libre en contacto con objetos que pueden desprender fragmentos, por lo general de madera, aunque también puede ser plástico, metal o espinas que se desprenden y se incrustan en la piel. Son molestas, e incluso pueden llegar a ser sorprendentemente dolorosas. La extracción limpia evita el dolor y la infección. ¡Pero no lo hagas a lo bruto! Sigue estos tres sencillos consejos para hacer las cosas bien.
*Nota: si tienes una astilla clavada en un lugar incómodo (detrás de la uña, por ejemplo), mejor busca la ayuda de un profesional.
1. Mójate
Remoja el área en agua caliente durante un minuto o dos para suavizar la piel. Si la astilla se encuentra los dedos o el pie, se puede sumergir en el agua. Para áreas más grandes, como la pierna, se puede usar una compresa tibia.
2. Usa una aguja
¿El borde de la astilla sobresale de la piel? Si es así, dirígete al paso 3. Pero si la astilla está completamente enterrada bajo tu piel, necesitarás un poco de ayuda. Hazte con una aguja fina y aplícale el fuego de un mechero durante unos segundos o límpiala con alcohol para esterilizarla. Con la punta de la aguja, haz un pequeño agujero en la piel por encima del borde de la astilla para acceder a ella. ¡Pero ojo, no escarbes! Podrías hacerte una herida susceptible de infectarse.
3. Tira hacia fuera
Una vez que el borde de la astilla esté fuera, utiliza unas pinzas para agarrar lo más cerca posible de la piel. A continuación, tira de ella hacia fuera sin doblarla (de lo contrario, puedes partir la astilla). Utiliza siempre las pinzas. No aprietes con las uñas: terminarás por hundirla todavía más.
Una vez que haya eliminada la astilla completamente, limpia el área con agua y jabón y aplica un poco de vaselina y cubre la zona con una tirita. Si la herida es dolorosa, tiene un color rojo intenso y está hinchada, ve al médico: es probable que se haya infectado.
Información de: Men´s Health