CON LA INFLACION AL ALZA Y SIGUEN LOS MALOS MANEJOS.
La historia no se cansa de enseñarnos que entre mayor es la intervención del gobierno en la economía, los resultados son desastrosos, haciéndole al país un daño enorme al no dejar que las fuerzas del mercado actúen. La actual administración se ha vuelto intervencionista dada su terquedad en controlar los sectores estratégicos de la economía, implementando recetas económicas del siglo pasado llámense precios de garantía, control de precios de la canasta básica, que todos sabemos que a la larga ocasionaran escasez de productos y mercado negro en algunos de ellos. El querer controlar la inflación artificialmente solo traerá un déficit mayor en las cuentas públicas acompañado de más corrupción con el pretexto de cuidar el poder adquisitivo de la gente.
La empresa SEGALMEX creada por AMLO para favorecer la productividad agroalimentaria y su distribución entre la población más necesitada y cuidar a pequeños productores agrícolas ayudándoles a la comercialización de sus productos, como su nombre lo indica, Seguridad Alimentaria Mexicana, es un ejemplo de ineficiencia y corrupción desde su origen. De acuerdo a la ASF (Auditoria Superior de la Federación) las irregularidades ascienden a más de 9 mil millones de pesos en los tres años que lleva de operación. Una empresa que debería ser clave para regular y garantizar el sector alimenticio de las clases más desprotegidas del país, está plagada de irregularidades en compras simuladas, subsidios desviados, asignaciones directas a empresas fantasmas, faltantes de inventario, etc. La misma historia de sus predecesoras Diconsa y Liconsa.
El negocio de no aprender la lección, parece ser muy lucrativo para políticos que no se cansan de engañar al pueblo con medidas populista. En el caso de SEGALMEX su director es Ignacio Ovalle Fernández, un expríista y ex director de la anterior CONASUPO. Como llego allí, pone en entredicho el cambio y el combate a lo corrupción tan cantado por la 4T.
Cabe señalar que SEGALMEX fue creada al vapor por la actual administración, ya que ni siquiera aparecía presupuestada en el 2019, asignándole un presupuesto extraordinario de 9 mil millones de pesos. Habría que preguntarle a nuestro Congreso de mayoría Morenista quien autorizo esto y de donde salieron los recursos. Están haciendo mal su principal chamba y los vicios se siguen repitiendo. La gravedad de esta situación estaría planteando quienes podrían ser acusados realmente de traidores a la patria o por donde deben de darse los cambios a la Constitución que castiguen ejemplarmente este comportamiento.
La famosa austeridad republicana con estos ejemplos queda en entredicho y más ahora que SCJN aclaró que, no es facultad el poder ejecutivo la discrecionalidad en la aplicación de los recursos públicos, aunque provengan de ahorros, fideicomisos o aprovechamientos extras. Esta pertenece al Congreso de la Unión, así como su estricta aplicación.
La lucha en controlar la inflación tiene muchas aristas, la principal por los factores externos que todos conocemos, pero si resulta clave fomentar la inversión y la producción interna en pequeñas y medianas empresas, sin intervención directa del gobierno federal. Este debe de jugar como un facilitador, no como un actor principal, ya que históricamente ha sido una pesadilla.
