Terminator Por: Enrique Martínez y Morales

21 agosto 2023
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No soy muy fan de la saga de películas del Terminator, protagonizadas por el actor y ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger.

Pero debo reconocer que algo tienen de especial que han cautivado al público durante más de tres décadas.

Hace poco vi una de ellas. Lo complejo e irreal de la trama no fue obstáculo para que echara a volar mi imaginación, ¿qué tal si…? El vivir en mundos paralelos, producto de la posibilidad de volver al pasado, genera pensamientos inquietantes sobre las disyuntivas en nuestras vidas.

En la historia del filme los robots destruyen las principales ciudades del mundo hasta los cimientos.

No pude evitar imaginarme, con todo el conocimiento y la experiencia adquiridos por la especie humana a través de los siglos, sobre cómo serían las nuevas ciudades edificadas sobre la nada.

Es decir, ¿cómo sería una ciudad ideal?

Si tuviéramos la improbable posibilidad de reconstruir una ciudad desde ceros, lo primero que yo realizaría sería un complejo trazado subterráneo.

No solamente la introducción de servicios como agua, drenaje, gas, fibra óptica y energía eléctrica, sino también invertiría en un metro funcional y un eficiente sistema de drenaje pluvial.

Las calles serían completas. Es decir, con banquetas anchas, ciclovías suficientes y avenidas amplias que prioricen la movilidad mediante el transporte público.

El énfasis sería en la promoción de la vivienda vertical y los usos mixtos, para reducir los tiempos de traslado.

Un gran bosque urbano sería el epicentro de las ciudades y las áreas municipales grandes y verdes.

Los condominios y casas deberán construirse con materiales térmicos, con páneles solares y dispositivos para captar las lluvias y ahorrar agua.

La planta tratadora instalada estratégicamente para que surta de agua residual a la zona industrial, la cual sería conectada por un tren ligero.

Nuestras ciudades se construyeron hace siglos según las necesidades, tecnologías y posibilidades de aquellas épocas.

De esa antigüedad son muchos de los problemas que padecen.

Pensar en la ciudad ideal nos ayuda a trazar una ruta del deber ser y actuar en consecuencia.

Con el compromiso y la participación de todos poco a poco se puede ir haciendo, sin la necesidad de un Terminator que llegue a destruirlo todo.

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