Suicidios, pedofilia y violencia machista: el oscuro legado de ‘Glee’

8 diciembre 2019
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En marzo de 2016 la actriz Melissa Benoist fue al Tonight Show de Jimmy Fallon con las respuestas preparadas. Se le había hinchado la pupila izquierda, y se notaba. El presentador iba a preguntar por el ojo. Ella estaba a punto de poner su mejor sonrisa para esconder la verdad: «Mi perro no paraba y me hizo tropezarme, me caí por las escaleras y me choqué contra una maceta y ahí me golpeé el ojo». Pero en el incidente real no hubo ni perro, ni escaleras, ni accidente. Eran las heridas de una relación abusiva que tres años después se ha atrevido a destapar para lanzar un mensaje: «Quiero dar poder a otras mujeres para que busquen ayuda y se liberen».

@itsjustanx

Melissa Benoist telling the real story behind the cover they made up to hide the domestic abuse she was being victim of by Blake Jenner is heartbreaking. It’s even sadder watching her tell Jimmy Fallon the “klutzy” story knowing what she really was going through.

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«La vida no es lo que parece», escribía la Supergirl televisiva, de 31 años, en la introducción de un detallado vídeo de 14 minutos en Instagram. Aquel ojo golpeado había sido lo que le hizo no mirar atrás. Su pareja le había arrojado un móvil, lo que le rompió la nariz y le destrozó su cara. Ella decidió marcharse: «Soy una superviviente de este tipo de violencia en la pareja. Nunca pensé que lo contaría y menos emitirlo así, al vacío». Y también presentaba al protagonista: «Al principio él no era violento. Era encantador, divertido, gracioso, manipulador, tortuoso…». La actriz no daba nombres, aunque no era difícil encajar en la descripción a su exmarido, el actor Blake Jenner, a quien conoció en la serie Glee, de quien se divorció a finales de ese 2016 y que encajaba con el perfil que describía.

Poco a poco ese hombre fue teniendo celos de sus compañeros en pantalla, la empujó a que no trabajara en otros proyectos, la espió y empezó a pegarla: «Me pedía que me cambiara de ropa para que no me miraran y se enfadaba porque hablaba con otros, pero al principio no lo vi como abuso. La primera vez que me agredió fue a los cinco meses, cuando me tiró un batido a la cara. Estaba más preocupada de que se manchara el sofá que de mí (…) Después de cada paliza, él me metía en la bañera para pedirme perdón y comenzaban las lágrimas de autoflagelación típicas de un abusador».

La sobredosis de Cory Monteith, y el fin de su personaje

Benoist llegó a Glee en 2012 con 23 años, en la cuarta temporada. Junto a ella venía Jenner, que con 20 años había ganado un reality donde se buscaban futuros cantantes para aquel musical de instituto. Eran la nueva pareja protagonista, sustitutos de otro tortuoso romance, delante y detrás de las cámaras, formado por Lea Michele y Cory Monteith, que se acababan de graduar. Su relación tampoco tardó en extenderse a la realidad.

Mark Saling, Naya Rivera y Cory Monteith.

Solo un año después de que la nueva pareja se incorporara a la serie, Monteith se murió de una sobredosis de heroína y alcohol, que se investigó como suicidio. Tenía 31 años y unos meses antes había acudido a una clínica de rehabilitación tras una larga historia de adicciones. Lea Michele no tardó en regresar al trabajo para compartir el dolor con el reparto durante un episodio homenaje en el que el personaje del actor, Finn, también moría. Cuando terminó la serie, en 2015, Michele cayó en una gran depresión. Su carrera musical nunca acabó de despegar como esperaba.

‘The Flash’ y ‘Supergirl’.

Aunque no llegó a los juzgados, Rivera contó en sus memorias que uno de los grandes conflictos durante el rodaje de Glee fue su irreconciliable relación con Lea Michele, que «no quería compartir el protagonismo». El creador del musical, Ryan Murphy, incluso bromeó que fue esa pelea la que le inspiró a crear la serie Feud, que trataba sobre la rivalidad entre Bette Davis y Joan Crawford.

Michele, Becca Tobin, Heather Morris y la propia Melissa Benoist fueron víctimas, asimismo, del público hackeo de fotos íntimas en Hollywood. En las imágenes, Benoist aparecía haciendo el amor con su pareja, un hecho que podría haberla marginado en su carrera de no ser por haberse encontrado con Supergirl.

Por suerte no todo el legado de Glee está manchado por los escándalos. La serie creada por Murphy y Brad Falchuck (que conoció a su ahora esposa Gwyneth Paltrow allí) también formó la exitosa carrera de Darren Criss, imponente como el asesino de Versace en American Crime Story y preparado para protagonizar lo nuevo del guionista en Netflix; y la de Jonathan Groff, protagonista de Mindhunter, Kristoff en Frozen, y estrella de Broadway gracias a Hamilton y, actualmente, La tienda de los horrores. También Grant Gustin, otro de los jóvenes cantantes, acompaña a Benoist como superhéroe de la casa DC en The Flash desde hace siete años.

Porque la protagonista de Supergirl quizás sea parte del legado teñido de polémica de Glee, pero abraza las oportunidades que le ha dado ser la prima de Superman sin miedo al gafe de la franquicia. En su rodaje ha conocido, por ejemplo, a su actual marido, Chris Wood. Benoist alza hoy su voz gracias a esa popularidad y lo hace para ayudar a otras mujeres en su misma situación, y, de paso, convertirse en protectora, en la ficción y la realidad, del feminismo. Lo dejaba claro su cartel durante la marcha de las mujeres de 2017: «Hey, Donald, no trates de agarrar mi coño; está hecho de acero».

Información de: El País

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