José Tomás (Galapagar, España, 1975) se siente mexicano. Presume de llevar su sangre en las venas. Y esto es literalmente cierto. En dos ocasiones estuvo cerca de perder la vida allí. En 1996 en Autlán de la Grana, cuando se forjaba su leyenda, y en Aguascalientes en 2010, donde recibió numerosas transfusiones de aficionados, reservas de hospitales y voluntarios que se volcaron con el mito.

Desde entonces México ha sido uno de los lugares más beneficiados por su fundación con equipamiento médico y programas educativos para jóvenes. Después de más de un año retirado de los ruedos, afectado por el impacto de los últimos terremotos, José Tomás volverá a vestir el traje de luces el 12 de diciembre, fecha señaladísima por ser el día de la Virgen de Guadalupe, la patrona de México. Lo hará sin ánimo de lucro en una corrida sin ganadería aún, aunque seguramente sea de varios hierros.

Será una corrida de ocho toros para cuatro españoles y cuatro locales. Se cuenta con El Juli y Pablo Hermoso de Mendoza, los hermanos Adame y, seguramente, el peruano Andrés Roca Rey, revelación de la última temporada. Tanto Enrique Ponce, como José María Manzanares no estarán en la cita.

El diestro es conocido por evitar su participación en festivales, en los que es legal despuntar a los astados, pero sí lo hace en corridas cuyos beneficios van íntegramente a las causas escogidas.

El matador hizo el paseíllo en México por última vez el 31 de enero de 2016. Fue un mano a mano de gran expectación, que agotó los billetes, junto a Joselito Adame, el torero con más cartel en México y también reconocido en España. La última vez que hizo el paseíllo en España fue el 9 de septiembre de 2016, en la feria de Valladolid, también mano a mano, pero esta vez con José María Manzanares. Fue una temporada muy corta pero con gran expectación, manejando la ilusión, con apariciones en Jerez, Alicante, Huelva, San Sebastián y una vez más en Valladolid, también de manera benéfica, en homenaje a Víctor Barrio, que perdió la vida ese mismo verano en el ruedo.

Desde hace unas semanas han comenzado a desvelarse los lugares en los que el matador comenzó a torear a puerta cerrada: Núñez del Cuvillo, unos de sus hierros favoritos, en Cádiz, Los Rodeos en Jaén, así como en el Campo Charro salamantino.

Información de: El País