Tomar un vaso de agua templada con jugo de limón y una cucharita de miel, o un vaso caliente de leche con miel. La miel ejerce una acción sedante, antitusígena y suavizante de las mucosas de las vías respiratorias; y el ácido cítrico, abundante en el limón, potencia la acción de la vitamina C, y posee un notable efecto antiséptico y antibacteriano. Por esto, ambos alimentos, tomados combinados o por separado, ayudan a calmar la tos.
La miel más oscura suele tener un mayor contenido de componentes fenólicos, que están asociados con propiedades antioxidantes.
- Hacer gárgaras con agua tibia con sal (mezclar media cucharadita de sal en una taza de agua).
- Chupar caramelos, resulta muy refrescante e incrementa la producción de saliva.
- Colocar unas gotas de aceite esencial de tomillo en la almohada.
- La cebolla o el ajo te ayudarán a aliviar la congestión nasal y las dolencias pulmonares y bronquiales.
Debe consultar a un médico si todos estos remedios no fueran suficientes para calmar la tos, y si:
- No remite al cabo de una semana o se intensifica.
- Se complica con fiebre, dolores pectorales y náuseas.
- Causa dificultad para respirar.