Algo que vale la pena leer ALBERTO BOARDMAN

10 marzo 2023
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Dioses americanos

Durante la historia de la humanidad uno o varios seres supremos, omnipresentes y omnipotentes, han acompañado al ser humano muy de cerca. Con independencia de nuestra condición social, edad o nivel de conocimiento “los dioses” siempre han encontrado la forma de hacer presente su necesidad de devoción. Seguramente, porque de eso se alimentan, nos necesitan, si desaparecen de la órbita humana los dioses simplemente, mueren. Sucedió en África con Eshu y Oggun; en América con Huitzilopochtli y Quetzalcóatl; ni que decir de los egipcios Horus, Osiris, Ra, y claro, con los griegos Hades, Zeus y Apolo; Brahma y Vishnú en India; los romanos Venus, Baco y Minerva, y por supuesto, los terribles nórdicos, Odín, Thor y Heimdal. 

Ahora bien, todos ellos tienen un factor común y coinciden en un punto medular: El “sacrificio” con el que los dioses se alimentan. Incluso, hasta en la evolución de la creencia religiosa sobrevive esta práctica. Así encontramos, por ejemplo, el sacrificio exigido a Abraham; el dogma del sacrificio en la cruz, y por supuesto, el ayuno, la confesión, la penitencia, etc. Se trata entonces de la manifestación externa de nuestra devoción y fervor en la búsqueda de alcanzar un contacto directo, personal y profundo de comunión con lo divino.  

Ahora imagine una guerra entre los “dioses viejos” versus los “dioses nuevos” peleando por esa devoción. Los clásicos mencionados enfrentados a los actuales: La política y tecnología, el internet, la fama y economía, dioses a los que “técnicamente” no sacrificamos nuestra sangre pero si nuestro tiempo,   dinero y atención haciendo patente nuestra devoción e idolatría.

“American Gods” de editorial Roca, se publicó por primera vez en 2001 cuando el escritor británico Neil Gaiman contaba ya con una considerable reputación literaria y le hizo merecedor en 2002 a los premios Hugo, Locus, Nébula y Bram Stoker a la mejor novela. Hoy convertida en un clásico del género, es una recomendación de lectura que a través de una narrativa atrapante invita a una certera reflexión sobre las nuevas divinidades.

 “Sólo los dioses son reales… Por no hablar de las míticas criaturas de los escombros…”

Somos lo que hemos leído y esta es palabra de lector.

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