Algo que vale la pena contar ALBERTO BOARDMAN

28 julio 2017
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¿Existe realmente una aplicación real de la teoría del décimo hombre? Me atrevería asegurar que sí. Resulta imposible imaginar que gran parte de nuestro proceso evolutivo como ente social, hubiese tenido éxito sin la perspectiva de esa variable en la ecuación humana. Según esta teoría: “Siempre que nueve miembros de un consejo de sabios, muestren unanimidad en negar o afirmar un acuerdo, por regla debe existir también un décimo, uno, que necesariamente deberá estar en contra de los otros nueve. Solamente así, al menos uno de entre los diez, trabajará para prevenir la amenaza más inverosímil»

Hablamos entonces de probabilidad, estadística, visión holística y prospectiva puras. Tampoco importa que el décimo hombre en el fondo se encuentre de acuerdo con los otros nueve, su trabajo consiste en analizar la hipótesis contraria a la lógica, y establecer parámetros de respuesta ante lo inesperado. Es la única manera efectiva de hacer frente a un evento futuro no dimensionado.

Y si lo analizamos ¿Qué tanto es lo que sabemos comparado a lo que ignoramos? La respuesta es que no existen parámetros posibles porque hablamos de “ignorancia en segundo grado”. Realmente nunca sabemos que tanto se desconoce, porque si supiéramos lo que se ignora, nos prepararíamos para responder a ello y por ende, ya no sería desconocido. Es como aquella máxima de Bertrand Russell que decía: “Como osamos hablar de leyes del azar ¿No es acaso, el azar la antítesis de cualquier ley?”

Actualmente se considera como elemento de estrategia la «Regla del décimo hombre” respecto a planificaciones y respuesta de catástrofes y amenazas globales. Vivimos ante un mundo de posibilidades, el éxito o fracaso final de nuestros actos, depende de nuestra capacidad de análisis y apreciación tanto de las situaciones complejas conocidas, como de las más simples que no conocemos. Tal vez, valdría la pena considerar esa mínima posibilidad ante cualquier decisión tomada en el curso de nuestras vidas, finalmente sólo aquellos que nada dejan al azar, pueden considerarse dueños de su propio destino.

Somos lo que hemos leído y esta es, palabra de lector.                                     Contacto: [email protected]  –  Twitter: @AlBoardman

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