La relación de cuento del histórico futbolista de la Roma Francesco Totti (Roma, 46 años) y la modelo y presentadora Ilary Blasi (Roma, 41 años) ha terminado con una caótica separación propia de un culebrón. En los últimos capítulos, la discordia ha sido tal que ella ha terminado escondiendo los rolex del deportista y él se ha vengado secuestrando sus caros zapatos Jimmy Choo.
La pareja ha dejado atrás 20 años de relación y los tiempos en los que el jugador —ya retirado—, emblema durante décadas del fútbol italiano, celebraba los goles arrancándose la camiseta del equipo y mostrando otra con una dedicatoria para su ahora exesposa en la que se leía “6 unica”, eres única, en español. Ambos se han enfrascado en una guerra mediática en la que vuelan las acusaciones de robos de objetos de lujo y las desavenencias económicas, que ha dinamitado la imagen de pareja perfecta a la que los italianos estaban acostumbrados.
La separación se hizo pública hace cuatro meses, pero el ambiente comenzó a tensarse hace unas semanas. El exdeportista —venerado en Roma por haber permanecido en su ciudad natal durante toda su exitosa carrera— acusó a la modelo de haberle robado sus rolex, valorados en más de un millón de euros, de su impresionante villa en la capital italiana que todavía comparten. Tras unos días en silencio, ella publicó un vídeo en sus redes sociales en el que aparecía haciendo un gesto burlón ante una tienda de esta lujosa marca de relojes suizos. Las mismas redes sociales en las que él celebraba el 19 de junio de 2021 sus 16 años de matrimonio con una romántica foto que aún su puede ver en su Instagram.
Poco después, él admitió que se había vengado asaltando la colección de zapatos de Blasi, que incluye piezas de Jimmy Choo, Amina Muaddi, Le Silla, Casadei y Gucci. También escondió sus bolsos de Dior, Louis Vuitton, Hermès y Chanel, que, por otro lado, es el nombre de una de sus hijas. “La guerra del armario”, lo ha bautizado el diario romano Il Messaggero.
“¿Qué podía hacer? Escondí sus bolsos, esperando que pudiéramos intercambiarlos [por los relojes]”, se justificó él en una entrevista con Il Corriere della Sera. Después, cedió y le entregó la mayor parte de los bolsos, aunque los Rolex, por el momento, continúan en paradero desconocido y el caso va camino de convertirse en una especie de CSI matrimonialista.
La batalla se está siguiendo con particular atención en Italia. Totti es uno de los jugadores más emblemáticos del fútbol del país transalpino y el más querido de la historia de la AS Roma. Los romanos idolatran a su legendario Capitano por haber rechazado siempre toda clase de ofertas multimillonarias para jugar en grandes clubs europeos para quedarse en casa. Su figura trasciende lo deportivo. En 2017, el exjugador, hombre de un solo club, colgó definitivamente las botas y se despidió de la afición con una gran fiesta en el estadio: miles de aficionados, también de otros equipos, lloraron contemplando a su ídolo en el césped, que estaba acompañado de su entonces esposa y de los tres hijos del matrimonio (Chanel, Cristian e Isabel).
La semana pasada, los paparazis fotografiaron a Totti buscando casa con su actual novia, Noemi Bocchi, una diseñadora floral de 34 años, que también ha estado casada en otra ocasión. En contrapartida, Ilary apareció unos días después, con uno de sus recién recuperados bolsos de diseño, de cena con un misterioso inversor inmobiliario. La foto también copó varias portadas. “La guerra es cada vez mayor”, fue el titular más repetido.
La pareja separada deberá comparecer en los próximos días a puerta cerrada en un tribunal de Roma para esclarecer la cuestión de los objetos desaparecidos. Por el momento, la disputa por los bienes materiales se ha centrado en diferentes objetos y accesorios, pero todavía no se ha tocado el espinoso tema de la impresionante villa que aún comparten: una casa con decenas de habitaciones, un inmenso jardín, piscina y hasta un campo de fútbol privado en uno de los barrios más acomodados de la ciudad. Los medios locales sostienen que los relojes y los bolsos de lujo han servido tan solo de calentamiento y que la gran batalla será por la mansión. Por ahora, la siguen utilizando ambos, pero, al parecer, ella pretende que él se vaya y le reclama también una parte de la escuela de fútbol que Totti fundó y una pensión de manutención de 30.000 euros mensuales. La pelea gira también en torno a quién fue el primero en engañar al otro, investigadores privados mediante.
El desacuerdo es tal que todo apunta a que el divorcio deberá gestionarse en los tribunales. No solo no han conseguido alcanzar una solución consensuada entre ambos, sino que también tienen problemas de entendimiento con sus propios abogados. Totti ha roto recientemente con su representante legal, Annamaria Bernardini de Pace, una prestigiosa abogada matrimonialista, porque no estaba de acuerdo con el pacto que había esbozado con los representantes de Blasi y que los mediadores consideraban conveniente para ambas partes. “En mi vida he hecho un 95% de separaciones consensuadas y un 5% judiciales. Había redactado un acuerdo que no fue aceptado, también porque a mi cliente no le gustaba”, ha explicado la letrada del exfutbolista. La modelo tampoco había dado el visto bueno a la propuesta de su abogado. La batalla continua.
INFORMACIÓN DE: EL PAÍS