El hombre, de origen canario, murió de un paro cardíaco, después de que su familia pagara más de 90.000 euros para tratar salvarlo en México.
Juan José María González de Chaves ha fallecido este domingo después de estar más de un mes hospitalizado en Monterrey, en el norte de México. El hombre, de origen canario, al que su familia y amigos apodaban Hansi, ha muerto de un paro cardíaco tras una larga convalecencia, en la que incluso estuvo 20 días en cuidados intensivos. La noticia la ha dado su esposa, Carolina Martínez, quien le ha acompañado durante esta odisea. La familia, que ha tenido que endeudarse, había pagado 90.000 euros (1,6 millones de pesos mexicanos) para tratar de salvarle la vida. Sin embargo, su estado de salud empeoró y debido al riesgo no fue posible trasladarlo a España. Hace solo una semana que se conoció el caso de Adrián Fernández, otro ciudadano español que sobrevive en una UCI en Cancún por 8.000 euros al día.
La pesadilla de la familia González comenzó a final de marzo. Hansi y su esposa Carolina estaban en Monterrey visitando a su hija, María Victoria González de Chaves, quien vive en México y hacía un año que no veía a sus padres. El viaje de la familia estaba programado hasta el 15 de abril. Sin embargo, el 31 de marzo, Juan José empezó a sentirse mal. “Con mucho cansancio, tos y falta de aire al respirar. Pensado que esto podría ser una gripe o catarro, acudimos a una consulta médica en un hospital y se le recetaron varios medicamentos”, relata su hija. El hombre empeoró el 10 de abril donde incluso perdió la sensibilidad total de su pierna derecha durante varios minutos.
“Acudimos rápidamente a urgencias de un hospital privado, donde le hicieron numerosas pruebas y tuvo que ser internado. En su pierna derecha encontraron varios trombos y se determinó que sus pulmones estaban colapsados. Tras dos días internado, sus síntomas empeoraron y tuvo que ser trasladado a la UCI”, explicaba María Victoria González. Tras varios estudios, el hospital determinó que tenía una hemorragia alveolar difusa, que implica tener sangre en los pulmones. Hansi estuvo 20 días en cuidados intensivos, donde estuvo también intubado y sedado. Sin embargo, sus pulmones no se recuperaron.
González ha explicado que el seguro de viaje que habían contratado sus padres nunca se hizo cargo de la póliza, porque alegó que se trataba de una enfermedad que ya venía desde España, antes de iniciar el viaje, algo que la familia niega. “Tuvimos que pedir dinero prestado y endeudarnos ante la grave situación”, ha indicado María Victoria González, quien también inició un crowdfounding, donde recaudó 27.000 dólares de personas en Estados Unidos, España y México. “Debido a que ya no tenemos más recursos económicos, tuvimos que trasladar a mi padre a un hospital público, donde la atención no es la misma y todo es mucho más lento. Aún seguimos teniendo que pagar medicamentos y los tratamientos que aún faltan para que mi padre se pueda recuperar”. Este 12 de mayo, la familia comunicaba su deceso. Ahora, el Gobierno de Canarias está apoyando a la familia con los trámites para repatriar el cuerpo.
A diferencia de la sanidad pública española, en México hay un sistema de salud fragmentado. A través de los seguros, los turistas pueden acceder a los centros privados, cuyo coste por atención se ha incrementado desde el 2016, según la Comisión Federal de Competencia Económica. Así, mientras atender una apendicitis puede costar unos 116.000 pesos (más de 6.300 euros) y un esguince de rodilla 84.000 (4.600 euros), la atención en cuidados intensivos puede dispararse por encima de los 140.000 pesos (8.000 euros).
El caso de Hansi ahonda en el problema de los seguros de viaje en México, después de conocer la situación de Adrián Fernández, el valenciano que sufrió un paro cardíaco en su luna de miel en la Riviera Maya y tuvo que ser ingresado de urgencia en un hospital privado de Cancún. En su caso, el seguro solo se hizo cargo de los primeros 20.000 euros, lo que obligó a la familia a pedir ayuda. Su cuñada, Marta Parada, ha explicado a EFE que el paciente, de 39 años, está respondiendo bien a la medicación y que el último TAC muestra una mejoría en los pulmones. Fernández está en coma inducido, por lo que requiere de respiración artificial, pero a partir de este lunes los médicos iban a bajarle la sedación para ver su respuesta.
Parada ha indicado que si la evolución es favorable, los médicos se plantearían su traslado en un avión medicalizado a España, donde podría ser atendido en el hospital de la Ribera, en el municipio de Alcira, en la Comunidad Valenciana, donde trabaja Sofía Parada, la esposa de Adrián. Mientras, la familia, que se está planteando pedir un préstamo en el banco porque ya ha agotado sus ahorros, continúa recaudando donativos para hacer frente a la factura médica de 8.000 euros diarios.
Información de: El País