AVISO DE CURVA Rubén Olvera

2 febrero 2024
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Recuperación de territorios y seguridad

¿Qué sucede si abandonamos dos automóviles idénticos en distintos puntos de la Ciudad de México, uno en una zona marginada de Iztapalapa (considerada como una demarcación insegura por el INEGI) y el otro en el municipio más rico y seguro de la capital, Benito Juárez? 

La mayoría de las respuestas indicarán que el automóvil abandonado en una zona insegura y marginada será inmediatamente robado o vandalizado. Mientras que el otro coche permanecerá intacto. 

Puede que haya algo de verdad en esta interpretación. Sin embargo, la realidad de la inseguridad en México es más compleja. Las respuestas simplistas empobrecen el debate porque conllevan cargas ideológicas, prejuzgando la marginación y la pobreza como causas del aumento de la criminalidad en el país. 

Si esto fuera cierto, todo se reduciría a repartir dinero para abatir la delincuencia. Una visión claramente equivocada. Durante el actual gobierno se han dedicado más recursos para el combate de la pobreza que en sexenios anteriores, pero el presidente López Obrador reconoció recientemente que su administración terminará con la cifra de homicidios más alta en la historia.

Hay otras explicaciones parciales además del contexto socioeconómico. Por ejemplo, cuando se señala que los operativos de seguridad con apoyo de las fuerzas armadas para recuperar territorios agravaron la violencia, lo único que se hace es arrastrar la discusión pública hacia la confrontación política. Se trata de una referencia que pretende contraponer la llamada “guerra” de Felipe Calderón con los “abrazos” de López Obrador.  

Este debate no tiene cabida cuando la violencia sigue aumentando y los homicidios alcanzan nuevos récords cada día. Quizás quienes difunden este polémico argumento no conocen lo suficiente sobre los casos de Coahuila y otras entidades que lograron frenar la criminalidad mediante acciones coordinadas con el Ejército y la Marina.

Entonces, ¿cuál es la explicación correcta para el aumento de la violencia en México? Volvamos a los vehículos. ¿Qué pasaría si rompiéramos un cristal al automóvil intacto? 

En 1969, la Universidad de Stanford llevó a cabo un experimento de psicología. Abandonó un automóvil en el Bronx, Nueva York, una zona considerada pobre y conflictiva en ese momento. Otro automóvil fue abandonado en Palo Alto, California, una de las zonas más tranquilas y prósperas de Estados Unidos. 

Mientras en California el vehículo abandonado se mantuvo ileso, en el Bronx fue inmediatamente vandalizado. Los investigadores decidieron entonces romper un cristal del vehículo que se encontraba a salvo. Unas horas después ocurrió lo mismo que en Nueva York: lo desvalijaron.    

Posteriormente se realizaron otros experimentos en el contexto de la criminalidad estadounidense. Los resultados fueron tan similares que los investigadores desarrollaron la “teoría de las ventanas rotas”, cuyas conclusiones resultaron útiles para la exitosa política de seguridad que Rudolph Giuliani implementó en Nueva York en 1994.

Esta teoría concluye que la pobreza no conduce a la inseguridad. Sostiene que el crimen está relacionado con la psicología y la existencia de entornos propicios para su florecimiento. Independientemente de la ubicación del vehículo, las ventanas rotas crean una percepción de falta de autoridad e interés para aplicar la ley. 

Las implicaciones de la “teoría de las ventanas rotas” son obvias: la presencia territorial de la autoridad y el cumplimiento de la ley son vitales y no deben ser objeto de debate. Discutamos cómo hacerlo. 

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