Alguna vez se ha hecho la pregunta respecto a cuánto ayudan y cuánto suplantan las asistencias a la conducción, a la atención de la persona que está al volante de un auto moderno. Lejos está ese interrogante de ser un cuestionamiento a los sistemas ADAS, que han contribuido superlativamente a mejorar la seguridad vial en todo el mundo. Sin embargo, cuando el conductor empieza a relajarse y delegar en el automóvil tareas vitales de la conducción que no tienen que ver con el manejo del volante y los pedales, sino con su entorno, se puede correr el riesgo de entrar en una zona gris difícil de evaluar.
El mundo del auto vive desde hacer más de una década, una etapa de transición que probablemente perdure más de lo que la industria y la ilusión de las personas quisieran, entre los autos que debían ser conducidos completamente por el hombre, y los autónomos, donde las personas serán simplemente pasajeros que no tendrán intervención alguna.
Y en esta etapa aparecen tecnologías y dispositivos que cambian la historia, así como algunos otros entran y salen sin mayor suceso. Los autos nueva generación deben ser sustentables y digitales, y así como dentro de la sustentabilidad o ecología entran distintas formas de propulsión como los motores eléctricos, los solares, los de hidrógeno o los de combustibles sintéticos, en el apartado de la digitalización también hay opciones. No solo se trata de conectividad y pantallas, sino de muchas otras aplicaciones que llegan al habitáculo de un vehículo.
Los botones capacitivos no son nuevos ni llegaron en los autos a la vida de las personas. Todos los conocen hace años gracias a los teléfonos celulares. Son los botones táctiles, que no tienen un movimiento descendente para que actúen activando determinada función de un dispositivo, sino que al sentir el contacto del dedo humano, ejecutan su función. Pueden tener vibración o no, eso es programable, aunque es de esa manera que se intenta transmitir parte de la sensación que el ser humano estaba acostumbrado con los botones físicos. “La orden se ha recibido.”
En los autos, los botones táctiles o capacitivos se suelen ver en las pantallas de los tableros, aunque también algunas marcas los incorporaron en los comandos del volante. Sin embargo, parece que en esta última aplicación no han dado resultado. Volkswagen acaba de confirmar que los retirarán de sus modelos. Según Thomas Schäfer, COO del grupo alemán, acaba de anunciar que regresarán a los botones físicos en el volante ya que “eso es lo que quieren los clientes de Volkswagen”.
Hay una aparente buena razón para que los usuarios no estén contentos o cómodos con los botones táctiles, y es que el auto está en movimiento, y eso genera que incluso con la vibración, técnicamente respuesta háptica, los conductores no están seguros de haber activado o desactivado la función deseada, y eso los hace repetir la operación o, peor aún, distraerse del camino para verificar si se ha recibido la orden.
“Estamos perfeccionando nuestro portafolio y nuestro diseño, además de crear una nueva simplicidad en la operación de nuestros vehículos. Por ejemplo ¡recuperamos el volante con botones! Eso es lo que los clientes quieren de VW”, escribió Schäfer en una publicación de Linkedin.
Pero los botones del volante no son el único punto que empieza a fastidiar a algunos usuarios. Las pantallas que incorporan todas las funciones dentro de sí, también suelen causar problemas de sensibilidad. De hecho, muchas marcas lanzan actualizaciones en las que parte de la mejora es una mayor precisión de los mandos táctiles. Y es que en realidad ese es el problema.
Cuando una persona está al volante, es mucho más simple presionar una tecla, botón o incluso girar una perilla como la del volumen, que colocar un dedo en el lugar correcto sin relieve alguno, que luego debe deslizarse para generar la operación deseada. La pantalla quizás debería volver un par de pasos más atrás, y ser simplemente para leer información, pero operada desde una botonera o teclado físico aparte, que se pueda accionar sin siquiera desviar la vista.
Información de: Infobae