Montaña rusa Por: Enrique Martínez y Morales

21 abril 2025
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Para finales de marzo, la junta de gobierno de Banco de México anunció una nueva reducción de 50 puntos base a la tasa de interés de referencia para colocarla en 9%. Considerando que hace 2 años la misma andaba en 11.25%, la baja es considerable, aunque sigue estando todavía muy por encima de los niveles del 4% en los que andaba en febrero del 21 o del 3% en los que llegó a estar a mediados de 2014.

Como el único mandato por ley que tiene nuestro Banco Central es mantener a raya la inflación, las tasas estuvieron subiendo para controlarla. Pero ¿cómo es que una tasa de interés alta ayuda a reducir el nivel de precios? Como el tipo de interés no es otra cosa que el costo del dinero, y al ser un precio más, alguien podría pensar que el efecto sería el contrario.

La tasa de interés al alza reduce los precios en dos vías principalmente. La primera es a través del consumo. Con intereses altos la gente tiende a utilizar menos la tarjeta de crédito o a pedir menos prestado, ya sea al sector financiero formal o al informal, en el que las tasas pueden llegar hasta los tres dígitos.

Con un menor consumo se dejan de comprar bienes y servicios. Y con una menor demanda de ellos y una oferta fija, su precio tiende a bajar, o cuando menos a no subir.

La segunda es vía la inversión. Con tasas de interés altas, los actores económicos prefieren mantener sus ahorros y sus capitales en cuentas bancarias que les pagan rendimientos altos y libres de riesgo. Esto también fortalece al peso, ya que los inversionistas extranjeros venden sus dólares para depositarlos en estos portafolios convertidos a moneda nacional.

Con una menor inversión se dejan de comprar materiales y equipo de producción, y se deja de contratar personal. La economía se enfría y el nivel de precios se mantiene bajo. Pero cuidado, en el largo plazo esta situación puede reducir la producción de bienes y servicios, limitando su oferta y generando inflación.

Ambos, el consumo y la inversión, junto con el gasto de gobierno y las exportaciones netas, son los componentes del Producto Interno Bruto de un país. De su buen desempeño depende el crecimiento económico. 

Con la incertidumbre internacional generada por el mandatario del vecino del norte con el tema de los aranceles, tenemos en México un consumo cauteloso, la inversión pausada y las exportaciones en riesgo. 

El gasto de gobierno es insuficiente por sí solo, por eso ya los analistas financieros hablan de un crecimiento nulo para este año, o incluso negativo. En este contexto es una buena noticia el anuncio de una disminución en la tasa de interés de referencia, con el objetivo de incentivar el consumo y la inversión.

En las crisis siempre hay oportunidades. Con los mercados financieros en modo montaña rusa y las tasas a la baja, es momento de echar a la volar la imaginación e invertir en proyectos innovadores. En Coahuila hay seguridad, altos niveles de competitividad, paz social y laboral, infraestructura productiva, mano de obra de otro nivel y se respeta el Estado de Derecho. ¡Bienvenidas las inversiones!

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