Entre la impresionante piedra dorada de las Escuelas Mayores, justo detrás del escudo de los reyes se esconde una de las instituciones bibliográficas más antiguas y emblemáticas de Europa: la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca. Sus anaqueles no solo conservan libros, sino centenares de siglos de historia intelectual española y europea.
La propia biblioteca tiene orígenes medievales: su organización formal se remonta al siglo XIII cuando, en torno a 1254, el rey Alfonso X “El Sabio” instituyó el puesto de “estacionario”, el encargado de mantener y proveer libros para el Estudio General que más tarde se convertiría en la Universidad, gesto que suele considerarse el punto de partida de la colección histórica. La Universidad, recordemos, fue fundada oficialmente en 1218 por Alfonso IX de León.

Hoy la Biblioteca custodia un patrimonio impresionante: alrededor de 2.800 manuscritos y una colección de más de 400 incunables,libros impresos en el siglo XV. Junto a esto, sus fondos antiguos impresos incluyen decenas de miles de libros impresos de los siglos XVI al XVIII, época de imprenta manual.
El escenario que los visitantes ven hoy, la gran sala de la Biblioteca en el edificio de las Escuelas Mayores, ha sufrido distintas reformas y embellecimientos a lo largo de los siglos: la sala actual refleja transformaciones barrocas del siglo XVIII, con estanterías de madera trabajada y una bóveda que contribuye a la atmósfera solemne del lugar y que a las y los mexicanos suele resultarnos familiar debido a la influencia que tuvo años más tarde en la construcción de la biblioteca Palafoxiana en Puebla.
También son famosas en la sala las esferas armilares y las estatuas colocadas en las cuatro esquinas de la sala que le recuerdan a los estudiantes que el paso por la universidad es efímero y requiere el mayor de los esfuerzos.
Entre los tesoros custodiados figuran códices y obras de enorme valor histórico y literario: desde códices medievales hasta piezas tan emblemáticas como manuscritos relacionados con el “Libro de buen amor” de Juan Ruiz Arcipreste de Hita, la “Exposición del Libro de Job” de fray Luis de León y otros fondos que iluminan la historia cultural de Castilla y de la propia Universidad. Además, la biblioteca ha sido depositaria de archivos y colecciones que documentan la vida académica salmantina a lo largo de siglos.
La tarea de catalogar y poner en orden esa vasta colección tiene también su propia historia: ya en el siglo XIX se realizaron inventarios y catálogos pioneros sin embargo quien al día de hoy se encarga del funcionamiento y guarda con especial pasión los secretos de la biblioteca es Eduardo Hernández Pérez, actual técnico bibliotecario, un hombre de enorme intelecto y destacada pasión por los libros quien además conduce las tan atesoradas visitas a la biblioteca.
En la actualidad, la Biblioteca General Histórica combina su papel de custodia patrimonial con el de centro de investigación organizando exposiciones, facilitando el acceso a investigadores y participando en proyectos de difusión digital y conservación preventiva para garantizar que esos pergaminos, folios y prensas impresas puedan seguir consultándose en el futuro.
La sala histórica es, además un icono de la Salamanca universitaria, una parada obligada para quienes buscan entender la larga trayectoria del saber en lengua española, desempolvar sucesos de la historia salmantina.
Para los lectores curiosos: si desean profundizar en cifras concretas, catálogos en línea o exposiciones temporales, la Biblioteca General Histórica mantiene un portal con secciones sobre su historia, colecciones que incluye manuscritos, incunables, primeros libros de América y mapas además de servicios para investigadores, misma que puede ser consultada a través del siguiente link https://bibliotecahistorica.usal.es/ y que posee gran parte de la colección digitalizada lo cual permite apreciar con exactitud la riqueza de sus fondos.






