
Marcelo Ebrard destacó que México tiene una ‘ventaja’ para negociar el arancel a los autos con el Gobierno de Trump: La alta integración de la industria automotriz.
Marcelo Ebrard destacó que México tiene una ‘ventaja’ para negociar el arancel a los autos con el Gobierno de Trump: La alta integración de la industria automotriz.
Donald Trump rebajará los aranceles a autos hechos en México según su marca y modelo, como parte de un nuevo esquema de trato preferencial que considera el nivel de integración de componentes estadounidenses, adelantó Marcelo Ebrard, secretario de Economía, este viernes 11 de abril.
El presidente Trump decretó un arancel de 25 por ciento a todos los autos que no sean fabricados en Estados Unidos. La tarifa no se aplica a los vehículos que cumplan con las reglas de origen del T-MEC.
Ebrard explicó que esta ‘tarifa preferencial’ será clave para mitigar los efectos de los aranceles, particularmente en la industria automotriz, y constituye uno de los principales logros de su más reciente visita a Washington.
“La próxima semana, semana de Pascua, habrá otras reuniones técnicas que tienen que ver con otros temas, que es acero a aluminio, descuentos por modelo y marca de la industria automotriz. Ahí tenemos una ventaja porque somos la industria automotriz más integrada de Estados Unidos, de todo el mundo y van a aplicar descuentos con ese criterio”, detalló Ebrard en declaraciones a medios de comunicación al término del evento Hecho en México, en una planta de Bimbo.
México busca bajar arancel a acero y aluminio a 16%
Aunque el foco inmediato está en el sector automotriz, el secretario de Economía también señaló que México busca cerrar una negociación paralela para reducir los aranceles al acero y aluminio, los cuales han sido motivo de tensión desde que la Casa Blanca anunció su endurecimiento comercial.
“Queríamos que no hubiera ningún arancel, pero vamos a procurar ver de qué manera podemos reducir el impacto. Si todos los países tienen un arancel de 25 por ciento y logramos un descuento que sea 18, 17 o 16 por ciento, pues tienes una ventaja, aunque te gustaría que fuera cero”, explicó.
En este contexto, Ebrard reconoció que la negociación no es sencilla, pero insistió en que México ha mantenido un trato respetuoso y constante con las autoridades estadounidenses.
“(Howard Lutnick), secretario de Comercio, ha sido muy atento y amable con México. No ha sido prepotente ni grosero”, relató sobre sus encuentros con su contraparte en Washington.
La intención, dijo, es cerrar un acuerdo que posicione a México de manera más ventajosa frente a competidores globales, particularmente asiáticos, en medio de un entorno donde el nearshoring vuelve a cobrar fuerza.
“Hoy México está en una situación mucho mejor que algunos de sus competidores. Estados Unidos quiere que se produzcan más cosas acá en lo que es Norteamérica y reducir su déficit respecto a Asia”, afirmó, descartando las voces que daban por muerto al fenómeno del nearshoring. “Nunca se ha muerto. Andaba malito, pero no se nos murió”, dijo el funcionario.
Nuevo orden comercial
Por otra parte, Ebrard advirtió que las negociaciones comerciales entre México y Estados Unidos atraviesan una etapa de redefinición compleja.
Recién llegado de Washington, Ebrard afirmó que los encuentros bilaterales para discutir posibles ajustes en materia arancelaria son “complejos” y se dan en el marco de un “nuevo orden comercial” que aún no termina de configurarse, pero que promete modificar las reglas del juego conocidas desde hace décadas.
“Estamos en negociaciones, como ustedes saben, complejas. Hay un nuevo orden comercial en ciernes; todavía no está claro cómo va a funcionar, pero va a ser diferente a lo que ha sido en el pasado”, declaró el funcionario.