
Cuchillo
Parafraseando a Whernher von Braun, “La ciencia (como también la escritura), es a veces como un cuchillo. Si se lo dan a un cirujano o a un asesino, cada uno de ellos lo utilizará de manera diferente”. Y es que, precisamente, el cuchillo más afilado, el que suele cortar a profundidad los pliegues más abismales de la realidad lógica, política, moral o religiosa de la sociedad, suele ser con frecuencia el mensaje que trasciende con la palabra.
Después de 33 años de la publicación de su controvertido libro “Los versos satánicos” por el que Salman Rushdie recibió un edicto religioso o “fetua”, es decir, la decisión de un consejo que acusaba al libro de blasfemo y sentenciaba al autor (así como a los editores que se atrevieran a publicarlo) a un llamamiento de ejecución, un ferviente fanático de dicha sentencia intentó consumarla el viernes 12 de agosto de 2022. El atentado que puso en riesgo la vida del entonces escritor de 75 años y ensayista británico-estadounidense de origen indio, Salman Rushdie, fue previo a la presentación de una conferencia en una localidad al oeste de Nueva York. Luego del ataque, el escritor quedó en estado crítico tras recibir doce puñaladas, por lo que fue trasladado en helicóptero al hospital, donde varios meses después logró recuperarse, aunque con graves secuelas permanentes: Perdió la sensibilidad de sus manos y además, un ojo.
“Cuchillo, meditaciones tras un intento de asesinato” de Salman Rushdie, editorial Random House, publicado en 2024, dos años después del atentado, narra una crónica catártica y detallada de lo sucedido antes, durante y después, incluyendo el doloroso proceso de rehabilitación. Parte, como un proceso de creación literaria, pero al mismo tiempo como un desahogo, el autor reflexiona cómo cambió su vida luego de la traumática experiencia y la pérdida de su ojo: “Había mucho por lo que llorar, pero ninguna lágrima”.
Las motivaciones que lo hicieron salir adelante física y mentalmente, así como el agradecimiento por esa segunda oportunidad de vivir, son reafirmadas por Rushdie al escribir: “Hay que ir al encuentro de la vida. Uno no puede esperar sentado mientras convalece tras haber rozado la muerte. Uno tiene que encontrar la vida».
Somos lo que hemos leído y esta es palabra de lector. Columna/636.