Deshidratado y con calambres, Nadal sufre en Australia

21 enero 2015
Visto: 1115 veces

resized_1134670MELBOURNE, Australia.- El español Rafael Nadal sacó adelante un partido agónico, a la desesperada y casi sin fuerzas después de cuatro horas y 12 minutos de angustia, con mareos, deshidratación y calambres incluidos, y venció con un esfuerzo sobrehumano al estadunidense Tim Smyczek por 6-2, 3-6, 6-7 (2), 6-3 y 7-5, para ganar la tercera ronda del Abierto de Australia

«Una noche muy dura», dijo Nadal sobre la pista, quien aprovechó la oportunidad para calificar a su rival de «caballero por lo que ha hecho al final, algo que no todo el mundo hace con 6-5 en el quinto set», al referirse a la repetición de primer saque que Smyczek le concedió tras el murmullo del público que había desconcertado a Rafa.

Hoy había mucha humedad, intenté lo mejor, pero no sé lo que me ha pasado. Ha sido un problema gástrico, creo, he tenido malas sensaciones y deshidratación al finalizar el primer set, y algunos calambres por alguna parte», explicó.

«Esta humedad me ha pasado factura. Estaba muy cansado, he tratado de mantener la mejor actitud, pero es algo lógico, porque no estoy perfecto después de estar tanto tiempo fuera del circuito», añadió para resumir todo lo que había pasado en ese dramático encuentro.

Smyczek parecía el rival perfecto para que Nadal se rodase más. Situado en el puesto 112 del mundo, procedente de la fase previa, sin título alguno, pero si más acostumbrado a la lucha en estas pistas este año, con tres victorias en la fase de clasificación y la primera en el cuadro principal, y que había asegurado que si no tuviera la más mínima oportunidad de ganar, no saltaría a la pista.

Y su predicción estuvo a punto de cumplirse, porque aunque nunca en su vida había ganado a un rival entre los diez primeros y el hecho de jugar contra Rafa, independientemente del resultado, era ya un gran regalo, el de Milwaukee estuvo muy cerca.

Después de su triunfo ante el ruso Mijail Youzny, andaba algo mosqueado el zurdo de Manacor al saber que tenía delante otro jugador de la fase previa, porque dos de sus cuatro últimos partidos los había perdido contra rivales de estas características (el eslovaco Martin Klizan en Pekín el año pasado, y el alemán Michael Berrer en Doha en este).

Nadal empezó a afilar sus colmillos en el primer set que ganó con autoridad, con la misma con la que se hizo con el primer parcial contra el alemán Michael Berrer en Doha, pero los problemas y las dudas comenzaron a surgir en el juego del español, que notaba además la tremenda resaca que se hacía sentir en la central después la primera jornada de calor, con 32 grados.

EXCELSIOR

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *