Las modificaciones en el manejo presupuestal por parte del gobierno federal y los recortes al sector salud así como programas de apoyo a la seguridad generan un panorama incierto que sin duda repercutirán directamente en la población nacional.
Recortes directos al sector Salud, la centralización y la desaparición del seguro popular generaran sin duda un retroceso en la calidad de los servicios que de por si no eran buenos, la instrumentación de catálogos reducidos en cuanto a las enfermedades o casos que atenderán van a repercutir en las economías familiares de millones de mexicanos, en igual forma la contratación de personal especializado y la adquisición de equipos médicos de primeras generación se verá reducida.
En igual sentido la adquisición de Medicamentos se verá reducida en un porcentaje que podría superar el 25%, con tales medidas el desabasto ya existente aumentara significativamente, como contrapeso el Gobierno federal plantea establecer precios de garantía controlado el mercado farmacéutico en un intento de que el desabasto se equilibre con la compra privada de medicinas a precios más módicos, dicha estrategia además de generar desempleo dentro de la industria farmacéutica podría afectar la calidad de los medicamentos, el cierre de pequeños negocios o farmacias y la saturación excesiva de los hospitales públicos.
Pretender la universalizaron de los servicios médicos permitiendo el libre acceso a hospitales o clínicas públicas como lo es el caso del IMSS resulta para algunos expertos descabellado, no es algo que se pueda realizar por decreto sin existir una planeación estratégica y bien definida, de inicio los Estados se verían incapacitados para otorgar servicios a la ciudadanía que hoy precisan del seguro popular, si bien la intención del Gobierno federar es controlar todos los servicios de salud que se prestan y manejarlos directamente ello significaría un enorme retroceso, cero presupuesto a entidades federativas y todo manejado de manera centralista, con un claro objetivo de que los Estados no tengan incluso Secretarias de Salud pues ello no tendrá ningún sentido cuando todos los recursos, proyectos, programas y actividad se manejan desde una Secretaria federal.
Al igual que con el tema de la salud también se plantea asfixiar a las entidades federativas y sus municipios, una sola policía dependiente totalmente del gobierno federal, reducciones en programas de apoyo, capacitación y equipamiento, quizás pretendiendo dejar solo agentes de transito y vialidad, impidiendo la existencia de fuerzas policíacas estatales así como municipales, sin meditar que dichas acciones además de concentrar un poder absoluto traerán como consecuencia una pésima impartición de la justicia y la pérdida de la soberanía de los Estados.
Las pretensiones del Gobierno federal son inminentes, controlar todo de manera centralizada, incrementar la actuación del ejército como única fuerza del orden y retirar facultades a los gobiernos estatales así como municipales en lo referente a la seguridad.
