El columpio del Diablo.

17 octubre 2018
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Justo en la frontera entre Hidalgo y Querétaro se encuentra el pueblo de Tecozautla. En ese pueblo la gente procura no viajar de noche. De noche se escuchan, a lo lejos, los gritos de un hombre que agoniza. El único camino que da a la carretera pasa en medio de dos peñas, por un valle inundado de presencias malignas.

Hace muchos años un par de amigos decidió andar de noche por ese camino. Llegando a las peñas vieron que alguien se columpiaba entre ellas. Era un hombre muy delgado y de piel muy blanca, con cada vaivén que daba entre las peñas soltaba un alarido, pero tenía el rostro tenso en una sonrisa desencajada.

Antes de que pudieran huir, los dos amigos vieron que detrás del hombre se aparecía una figura negra, lo abrazaba. El cuerpo del hombre fue consumido en una rápida llamarada. Debajo del sitio donde se columpiaba, sólo quedó un montón de ceniza.

Algunos dicen que el hombre era un hacendado que hace muchos años hizo un trato con el Diablo. Satanás tomó su alma de inmediato, pero esperó hasta tener testigos para llevarse también su cuerpo.

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