Matan a una familia y tres civiles más en un tiroteo entre narcos y militares en Tamaulipas

13 abril 2018
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 Un enfrentamiento a tiros entre narcos y autoridades de Tamaulipas ha acabado con la vida de seis civiles. Las balas alcanzaron el coche de Teresa Sánchez, de 62 años, que circulaba junto a su hija Maribel Roque, de 36, y a su nieto Sergio Guadalupe Roque, de 19 —identidades reveladas por el diario local El Norte—. También a José Alfredo Vargas, Israel Rodolfo Alcaraz y otro hombre que todavía no ha sido identificado. Todos acabaron muertos sobre una de las avenidas de la localidad fronteriza de Reynosa (Tamaulipas). A menos de 300 kilómetros de ahí, hace dos semanas, en Nuevo Laredo, moría una familia completa —un padre, una madre y dos niñas de tres y cinco años— en unas circunstancias similares. El Ejército tuvo que asumir su parte de responsabilidad.

Las autoridades de Reynosa ha confirmado lo que muchos ya sabían: ninguna de las víctimas había «accionado un arma». Ninguno de los muertos tenía nada que ver con aquella balacera, solo estaban en medio. Circulaban por la calle, salían del trabajo o iban a sus casas cuando comenzaron a llover las balas de policías locales, militares y un grupo criminal. Porque en Tamaulipas, uno de los Estados mexicanos más azotados por la violencia y el crimen organizado, las balas perdidas de los cuerpos de seguridad también matan inocentes.

La fiscalía ha informado que tres de las víctimas eran compañeros de trabajo de un negocio local. La prensa estatal añade que eran empleados de una fábrica dedicada a construir piezas para maquiladoras, la industria más común en la frontera con Estados Unidos.

Este miércoles, alrededor de las 17.15 horas, la Policía Estatal registró disparos de un grupo armado en un bulevar de la ciudad más poblada de la entidad, según la información de la fiscalía. Y pidieron ayuda. Al llegar, los criminales los recibieron a balazos. «Es pertinente señalar que la colonia Petrolera de la ciudad de Reynosa [ donde sucedieron los hechos] está considerada como de alta incidencia delictiva y de presencia de organizaciones criminales», agrega el comunicado de la fiscalía.

Cuando llegaron las ambulancias, los seis ya estaban muertos. Había uno más herido de gravedad que fue trasladado al hospital. Los familiares de las víctimas informaron a las autoridades de que les habían dicho poco antes de morir que estaban en medio de una balacera, informa El Norte. Después de no tener noticias de ellos, los buscaron por todos los hospitales de la ciudad. No los encontraron. Estaban en el Instituto Forense.

La violencia no ha dado tregua a Tamaulipas, especialmente después de que se declarara la guerra contra el narco a finales de 2006. En sólo nueve años la cifra de homicidios casi se ha triplicado, pasando de unos 300 al año a casi 900 en 2017. Una tasa muy elevada para una entidad de unos tres millones y medio de habitantes.

Este suceso de Reynosa sucede sólo dos semanas después de que, en un enfrentamiento similar, entre sicarios y militares, una familia completa fuera acribillada a tiros en Nuevo Laredo (Tamaulipas). Al parecer, circulaban en una camioneta que pasó en medio de aquel tiroteo y los marinos, que disparaban desde un helicóptero, les dieron. De los seis que iban en el carro, balearon a cinco. Murieron dos niñas pequeñas y su madre, el padre y una prima de ellas resultaron heridos. La Armada de México acabó reconociendo una semana después que fueron sus balas las que acabaron con aquella familia.

Información de: El País

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