A todos nos gusta la nieve, cuando no se precipita sobre nosotros en forma de avalancha. Tanto es así que ya en la década de 1940 se llevó a cabo la creación de la primera nieva artificial usando una máquina.
Sus artífices fueron el doctor Ray Ringer y sus colegas. El descubrimiento, al parecer, fue fruto de la serendipia, mientras se investigaba la formación de hielo en los motores de reacción. Al rociar agua en el interior de un túnel de viento helado, frente al motor a reacción, éste empezó a fabricar nieve por su extremo posterior.
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