¿Virus “recargados” tras dos años de pandemia?: por qué los niños se enferman en efecto dominó este invierno

17 julio 2022
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Del resfrío a la gastroenteritis, para pasar luego al broncoespasmo o la otitis. Así, como en loop, se recuperan de un cuadro y pasan a otro los niños pequeños desde fines de marzo a la fecha. Pediatras respondieron las preguntas que quieren saber todos los padres: cuál es la causa y cuándo se termina.

“¿Alguna me pasa lo que hicieron hoy? Pedrito no fue porque está con muchos mocos”, dice una madre en el grupo de whatsapp de su hijo de seis años. “Ay, a mí también, Martita amaneció con fiebre y no la mandé”, acota otra. “Y a mí, Juancito no paró de toser toda la noche y por acá hubo faltazo también”, se sumó una tercera. La escena podría pertenecer a cualquier grupo de padres, de cualquier colegio. Y bien podría haber transcurrido en abril, mayo, junio, o ayer. Da igual.

Quien tenga niños menores de diez años en casa sabrá exactamente de qué va esta nota.

Ocurrió que pasadas las típicas gastroenteritis veraniegas, llegó el inicio de clases, y en un abrir y cerrar de ojos el otoño ya estaba entre nosotros. Con él hicieron su arribo los primeros fríos, que llenaron a los hogares con mocos, toses, dolor de oídos, de garganta. Y así seguimos , cuatro meses después.

¿Es que acaso no van a dejar de enfermarse hasta la primavera? ¿Cómo se explica este “efecto dominó” de virus? Y lo más importante: ¿Cuándo se termina? Las preguntas de todos los padres son las que se hicieron llegar a dos médicas pediatras, para llevar un poco de alivio ante tanto desconcierto

En primera instancia, la médica infectóloga pediatra Elizabeth Patricia Bogdanowicz (MN 66.915) comenzó a explicar que  «los virus respiratorios tienen una estacionalidad en la que aumentan su circulación; es esperable que en el final del otoño y el invierno se documente la circulación de una serie de virus respiratorios».

Y tras resaltar que “de hecho muy precozmente en febrero de este año empezó a circular el virus de la influenza, que en este momento circula menos, y luego empezaron a circular otros virus respiratorios comunes en los chicos”, la especialista miembro del Comité de Infectología Pediátrica de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) describió que  «hace unos meses se vieron muchos casos de infección por metapnemovirus y actualmente la circulación del virus sindical es la prevalente, que es lo que se espera en este periodo del año.

Bogdanowicz explicó que “los chicos pueden enfermar varias veces durante una temporada invernal porque hay varios virus respiratorios que circulan en esta estación”. “También es cierto que habitualmente se calcula que antes del año, los niños suelen tener alrededor de cuatro o cinco episodios virales en la temporada invernal y después, hasta los seis años, en general se calculan diez infecciones virales por año -aclaró-. No hay por qué pensar que la situación epidemiológica es especial”.

También sumó que “se está viendo mayor circulación -sobre todo en las últimas dos semanas- de SARS-CoV-2 en la población pediátrica, así que esto se junta con los virus que habitualmente se espera que circulen en este período del año”.

Sin embargo, en la mirada de la médica pediatra Laura Viva (MN 148090 – MP 454065), “hace dos años, con el inicio de la pandemia y las medidas de higiene extremas que se debieron tomar, las personas en general fueron poco expuestas a la circulación de gérmenes habituales, lo que habitualmente brinda poblacionalmente una inmunidad colectiva, una defensa natural del propio cuerpo que reconoce ciertos virus y bacterias y generan una enfermedad transitoria o no, pero sí memoria”. “Nuestro cuerpo tiene esa capacidad, pero el aislamiento confinó también a nuestro sistema inmune a menos exposición, sobre todo a la población infantil y adolescente”, opinó la especialista.

Consultada acerca de cuánto pudieron influir los sistemas inmunes más inmaduros en la primera infancia sumado a la falta de exposición a los patógenos habituales a causa de la pandemia, Viva señaló que “en la primera infancia el sistema inmunológico es muy nuevo y por lo general propenso a este tipo de infecciones. “Enfermarse es parte de crecer, sin embargo este invierno vimos un aumento significativo de enfermedades estacionales, leves o no, con reinfecciones casi sin pausa -observó-. Los niños van de moco en moco, se recuperan de una enfermedad y caen en otra rápidamente y muchas familias se muestran sumamente preocupadas y solicitan estudios de la inmunidad, exámenes complementarios que los pediatras habitualmente no solemos realizar siempre que los síntomas sean controlados con el tratamiento adecuado y atentos a la evolución”.

Al respecto, Bogdanowicz consideró que “la población pediátrica siempre fue la más afectada por los virus respiratorios habituales. A esto se le suma que en los últimos dos años no hubo una exposición previa a estos virus lo cual hace que ahora de alguna manera puedan ser más vulnerables, y también es cierto que el sistema inmune madura durante los primeros dos años de vida por lo que esto hace que los más pequeños sean particularmente más vulnerables a las infecciones virales”.

Y agregó: “Los virus respiratorios pueden iniciar con un cuadro de vía aérea superior como una faringitis o una otitis media, luego tener sintomatología de gastroenteritis y a veces en el peor de los casos comprometer el árbol respiratorio y expresarse con un compromiso bronquial, dando el típico cuadro de bronquiolitis descripto en los primeros años de vida. Creo que más que en continuado, suele tratarse de una misma enfermedad que puede tener más de una expresión clínica no necesariamente simultánea”.

“Por otra parte pueden tener primero, por ejemplo, una infección por un enterovirus o un virus de gripe y una semana o dos después tener otro virus respiratorio -amplió la especialista-. Esto es particularmente frecuente en los chicos que van desde muy pequeños a jardines maternales o guarderías donde se hace difícil que cumplan con las medidas más efectivas para reducir la transmisión de los virus, es decir, que guarden distanciamiento, que se laven frecuentemente las manos, que cubran su tos o estornudos con el pliegue del codo, etc. Esto los más chiquitos no son capaces de hacerlo y en los jardines maternales a veces estas pautas de cuidado son bastante difíciles de cumplir”.

– ¿Hay una edad en que el sistema inmunológico “madura” y los cuadros son menos frecuentes?

– Bogdanowicz: El sistema inmune madura principalmente durante los dos primeros años de vida. Luego con el crecimiento hay una serie de cuadros virales y cuadros clínicos que empiezan a ser menos frecuentes, por ejemplo las otitis medias, que son una enfermedad muy prevalente de los primeros seis años de vida.

Todos estos cuadros de compromiso de la vía aérea superior se van haciendo menos frecuentes con el crecimiento.

– Viva: Por lo general, la circulación de distintos virus (virus sincicial respiratorio, influenza, rinovirus) comienza con el otoño y disminuye aproximándose a la primavera. La maduración del sistema inmune es muy individual y depende de cada niño y niña, según todos sus contextos (social, cultural, nutricional, vincular). Conforme están más expuestos, se sabe que gracias a esta memoria del sistema inmune, los cuadros siguientes pueden ser más leves.

Consejos finales para reducir los cuadros o bien pasarlos lo mejor posible

Bogdanowicz sostuvo que “en la infancia, hay enfermedades prevalentes en todos los meses del año. Los padres tienen que tener los recaudos lógicos durante la temporada invernal evitando la exposición a los fríos más intensos, tratar que los chicos no estén sometidos a ambientes con alto grado de polución (evitar que se fume en los ambientes donde hay niños ya que esto aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias)”.

“No hay que temer, hay que cuidar y nada más”, recomendó la especialista de la SAP, para quien “la higiene ambiental, la ventilación de los ambientes, el lavado de manos, el distanciamiento y todas las medidas que se aprendieron en primera instancia con la pandemia de influenza en 2009 y más recientemente con la de COVID-19 siguen siendo útiles para prevenir éstas y todas las enfermedades respiratorias”.

Ambas especialistas coincidieron, además, en la importancia de “tener al día el calendario nacional de vacunación” para prevenir estas enfermedades en la primera infancia.

Viva llamó a los padres a “tener paciencia, sabiendo que todos los años desde la pediatría se transita la ‘epidemia’ de mocos, así como el aumento del número de internaciones por causas respiratorias, en las que siempre el mayor foco de infección es en los niños”.

“Además de todas las medidas de prevención conocidas, es sumamente importante y no es menor, poder llevar una alimentación saludable, y sostener todo que se pueda la lactancia materna para favorecer nuestra microbiota y la salud en general”, sumó Viva.

Finalmente, Bogdanowicz insistió en llevar tranquilidad a las familias, al reforzar la idea de que “lo que se está viendo este invierno no sale de lo que anualmente pasa en tiempos normales, y que dejó de pasar durante los dos años que circuló el SARS-CoV-2 como virus prevalente”.

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