Siempre hemos escuchado eso de que llorar está bien, está muy bien, aunque nos guste poco y nos sequemos rápido toda lágrima que aparezca. Llorar se puede llorar por emociones completamente opuestas, pero para qué engañarnos: la tristeza o la rabia suelen tener bastante que ver en este asunto. Pero aún existen otras formas de pensar las lágrimas desde esa utilidad que escuchamos a menudo. Que sí, que las lágrimas son muy útiles para «descargar» el cuerpo y, oye, para más cosas.
Con solo unas pocas gotas de estas, tan curiosas en su escape del lagrimal,una nueva técnica ha encontrado la posibilidad de detectar enfermedadesoculares e incluso vislumbrar signos de diabetes, lo que lees: si los ojos son el espejo del alma, las lágrimas podrían estar siendo los espejos de nuestros ojos, y nosotros sin enterarnos.
Un grupo de científicos dirigidos por Fei Liu, ingeniera biomédica de la Universidad Médica de Wenzhou en China, han llegado a esta fascinante conclusión, y han publicado recientemente los resultados que la respaldan en ‘ACS Nano’. «Queríamos demostrar el potencial del uso de lágrimas para detectar enfermedades», afirma al respecto Liu. Parece que lo han conseguido, o al menos están en ello.
Las huellas dactilares del ojo
Los investigadores idearon primero una nueva y mejor forma de capturar sacos de pequeños volúmenes de lágrimas con el fin de recolectar y preservar las de una serie de participantes del estudio. Con ellas reunidas, el equipo las agregó a una solución y más tarde todo ello a un dispositivo con dos membranas nanoporosas, haciendo vibrar estas membranas para que succionaran la solución. En cuestión de minutos, la técnica dejó escapar pequeñas moléculas, dejando los sacos listos para su análisis.
Se guiaron por la hipótesis de que, como un flujo corporal más al igual que la saliva y la orina, podrían incluir pequeños sacos llenos de mensajes celulares.Poder interceptar estas bolsas microscópicas, pensaron, podrían ofrecer nueva información sobre lo que sucede dentro de los ojos en particular y del cuerpo en general. Pero recolectar suficientes de estos sacos, llamados exosomas, sabían que era complicado porque, a diferencia del líquido de otras partes del cuerpo, lo que desciende de nuestros lagrimales es un hilo muy fino.
Sin embargo, lo lograron con éxito, tanto que los resultados finales ofrecieron echar un vistazo (nunca mejor dicho) a diferentes tipos de enfermedad del ojo. Este órgano arroja sus propias huellas dactilares moleculares en las lágrimas de las personas, afirman ahora los investigadores. Y eso no es todo: las lágrimas podrían ayudar a los médicos a controlar, también, el progreso de la diabetes de un paciente.
Con todo ello, es posible que estas gotas puedan abrir una ventana para que los científicos observen todo el cuerpo desde una perspectiva nunca antes empleada. Tal vez un día, más pronto que tarde, incluso permitan que las personas prueben rápidamente a revisarse con sus lágrimas en casa.
Ahora, los investigadores de este estudio seguirán aprovechando las lágrimas en busca de evidencia de otras enfermedades como la depresión o el estrés emocional, apunta Luke Lee, bioingeniero de la Facultad de Medicina de Harvard. «Esto es solo el comienzo», dice.