Cientos de compradores aterrados huyeron en pánico después de que un hombre saliera de un auto sedán plateado y empezara a disparar en un centro comercial de productos con descuento en la zona de Dallas, donde mató a ocho personas e hirió a siete antes de morir baleado por un policía que estaba cerca, según reportaron las autoridades.
Un video que circuló en las redes sociales tomado con la cámara de un vehículo mostraba a un hombre armado que descendía de un auto afuera del centro comercial y disparaba a la gente en la acera.
Se oyeron más de tres docenas de disparosmientras se alejaba el vehículo que grabó el video.
Los usuarios de redes sociales se apresuraron a criticar al conductor de una camioneta que estaba cerca y, temiendo por su vida, huye del lugar. Según los internautas, podría haber embestido al tirador.
Un empleado de 16 años de un puesto de pretzels, Maxwell Gum, describió una estampida de clientes. Él se refugió con otras personas en un almacén. “Salimos corriendo, la gente pisaba a los chicos”, dijo Gum. “Mi compañero de trabajo recogió a una niña de 4 años y la entregó a sus padres”.
Fontayne Payton, de 35 años, estaba en una tienda H&M cuando oyó los disparos a pesar de sus auriculares. “Sonaba muy fuerte, sonaba como si fuera justo afuera”, dijo Payton.
La gente de la tienda se dispersó antes de que los empleados les guiaran a los probadores y después a una sala trasera que podía cerrarse, explicó. Cuando recibieron luz verde para salir, Payton vio ventanas rotas en la tienda y un rastro de sangre hasta la puerta. Cerca se veían sandalias abandonadas y ropa ensangrentada.
Una vez fuera, Payton vio cuerpos. “Rezo porque no fueran niños, pero parecían niños”, dijo. Los cuerpos estaban cubiertos con toallas blancas, derrumbados sobre bolsas en el suelo. “Me destrozó cuando salí para ver eso”.
Un poco más lejos vio el cuerpo de un hombre corpulento vestido de negro. Asumió que el tirador, dijo, porque a diferencia de los otros cadáveres no estaba cubierto.
Por el momento no hay detalles sobre el tirador. En redes sociales se comentó un tatuaje visible en su mano que aparenta ser un logo de la ciudad de Dallas, y se especuló con una tradición de un grupo carcelario.
El jefe de bomberos de Allen, Jonathan Boyd, dijo que siete personas, incluyendo el agresor, murieron en el lugar. Nueve personas fueron trasladadas a hospitales de la zona, pero dos de ellas fallecieron. Tres de las víctimas estaban graves el sábado por la noche y cuatro se hallaban en condición estable, detalló Boyd.
Un policía de Allen que atendía otra emergencia en el área escuchó disparos en el mall a las 3:36 de la tarde, escribió el Departamento de Policía en Facebook. “El agente se enfrentó al sospechoso y neutralizó la amenaza. Luego llamó al personal de emergencia”, agregó.
Cuerpos de víctimas cubiertos con sábanas (WFAA/Reuters)
La balacera en Allen, Texas, era un nuevo episodio en una sucesión sin precedentes de asesinatos masivos en Estados Unidos. Apenas una semana antes, según las autoridades, un hombre mató a tiros a cinco personas en Cleveland, Texas, después de que un vecino le pidiera que dejara de disparar porque había un bebé intentando dormir.
La policía no dio detalles en un primer momento sobre las víctimas en Allen Premium Outlets, un amplio centro comercial al aire libre, aunque los testigos dijeron haber visto niños entre ellos. Algunos también dijeron haber visto lo que parecían un policía y un guardia de seguridad del recinto inconscientes en el suelo.
Las masacres en Estados Unidos ocurren con una frecuencia asombrosa este año: un promedio de aproximadamente uno por semana, según un análisis de datos de la AP/USA Today en colaboración con la Universidad del Noreste.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue informado sobre el tiroteo y el gobierno federal ha ofrecido apoyo a las autoridades locales, según la Casa Blanca. El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, que firmó leyes que relajan las restricciones sobre armas de fuego luego de tiroteos masivos previos, calificó el incidente como una “tragedia indescriptible”.
Imágenes aéreas del lugar retransmitidas en vivo por una televisora mostraba camionetas blindadas y otros vehículos de las fuerzas de seguridad fuera del recinto. Más de 30 autos policiales con luces encendidas bloqueaban el acceso al lugar y se veían varias ambulancias. La localidad, de unos 105.000 habitantes, está unos 40 kilómetros (25 millas) al norte del centro de Dallas.