Las cifras suenan casi inverosímiles. A medida que los consumidores brasileños se retrasan en el pago de sus deudasy ponen a temblar a una serie de startups de tecnología financiera en la mayor economía de América Latina, una empresa sigue creciendo.
Nu ha conseguido suficientes clientes —más de 85 millones y contando— para ubicarse entre las empresas financieras más grandes de América Latina. El banco en línea y emisor de tarjetas de crédito, entre cuyos primeros inversionistas se encuentra Berkshire Hathaway, propiedad de Warren Buffett, ha visto crecer sus acciones más de 90 por ciento en 2023, lo que le ha dado un valor de mercado 200 veces superior a sus beneficios reportados en los últimos 12 meses.
Para proteger esas ganancias, la empresa ha disparado las tasas de interés de sus tarjetas, llegando en algunos casos a 790 por ciento.
Bienvenidos a la debacle del sector fintech en Latinoamérica, donde las turbulencias económicas amenazan con hacer tambalear a miles de startups en todo el continente para dejar que unas pocas dominen. Se trata de un giro precipitado en una carrera de una década de los capitalistas de riesgo en la región, y acelera el proceso para decidir ganadores y perdedores.
Nubank está entre un puñado de plataformas, como Mercado Pago, el brazo fintech del gigante del comercio electrónico Mercado Libre, que han conseguido alcanzar un tamaño importante y adelantarse a las sacudidas económicas, mientras que otras se fusionan para reforzar su posición en el mercado. Muchas más recortan plantilla; ponen en pausa sus ambiciones, o en algunos casos, venden activos, suspenden pagos o bien, cierran operaciones.
En uno de los signos más crudos hasta ahora de la debacle, un informe que publicará el proveedor de datos Distrito a finales de este mes, muestra que el número de nuevas fintech en América Latina se ha reducido a solo media docena este año, frente a un máximo de 290 en 2018.
Altas tasas de interés ‘pasan a traer’ a las fintechs
“Con menos capital disponible surgen menos fintech”, explicó el director ejecutivo de Distrito, Gustavo Araujo. “Antes, con las tasas de interés cercanas a cero, los inversionistas buscaban crecimiento a cualquier precio. Ahora, con tasas más altas, los inversionistas buscan empresas sanas capaces de expandirse de forma sostenible”.
Aun así, los analistas se preguntan cada vez más si las fintechmas grandes lograrán mantener su asombrosa rentabilidad y seguir expandiéndose.
Es probable que las startups que empezaron a funcionar atendiendo a los de menores ingresos se enfrenten a una competencia más dura cuando intenten atraer a los clientes de clase media lejos de los bancos tradicionales. En otros mercados importantes, como México y Colombia, hay ahora mucha competencia y márgenes de crédito más estrechos.
A finales de junio, en Brasil, casi 72 millones de personas se retrasaron en el pago de sus deudas, lo que ha sido respondido con un aumento de las tasas de interés de los créditos. A mediados de ese mes, las tasas promedio de las líneas de crédito revolventes alcanzaron casi 350 por ciento en Nubank, y 560 por ciento en Mercado Pago, según el banco central brasileño. Las tasas para los prestatarios individuales pueden variar ampliamente, y en algunos casos son cientos de puntos porcentuales más altas.
Eso está alimentando un debate político.
Las tasas de las tarjetas son “estratosféricas”, se quejó a principios de año el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, quien planteó la posibilidad de imponer un tope. En un principio, Nubank y sus rivales de la banca tradicional lograron acallar el debate, tras alegar que es la única forma de que los prestamistas puedan mantener el crédito disponible en el entorno actual.
‘Se sabe cómo empieza, pero no cómo termina’
Pero la semana pasada Haddad volvió a sacar el tema, calificando las comisiones de “vergonzosas” y prometiendo tomar medidas al respecto.
El enigma, añadió esta semana el jefe del banco central, Roberto Campos Neto, es que si se limitan las tasas, los prestamistas cerrarán las cuentas de las tarjetas, lo que podría frenar el gasto. “Es algo que se sabe cómo empieza, pero no cómo termina”, dijo.
La realidad, según el director ejecutivo de Nubank, David Vélez, es que las fintech están obligando a los bancos a bajar sus comisiones. Calcula que su empresa ha ahorrado a los clientes 39 mil millones de reales (8 mil millones de dólares) de lo que habrían pagado de otro modo.
Cuando se fundó su empresa en 2013, “los servicios financieros eran un mercado fuera del ‘reino’ de los emprendedores, un mercado hasta ahora dominado por las empresas más grandes de América Latina”, dijo Vélez en un comunicado.
“Rompimos el techo de cristal y permitimos que otros emprendedores entraran en este mercado, en diferentes verticales. En cierto modo, fuimos líderes de esta revolución en el sector, y nos sentimos muy orgullosos de ello”, afirmó.
Los miles de millones de dólares de SoftBank
Los inversionistas de capital de riesgo acudieron en masa a América Latina después de ver el ascenso meteórico de las empresas financieras en Asia, donde WeChat y Alipay se convirtieron en gigantes mundiales al atraer a las masas no bancarizadas de China.
Con la esperanza de lograr un éxito similar en Sudamérica, inyectaron capital en legiones de startups, especialmente en Brasil, con el objetivo de sacar partido de las mejoras en la infraestructura digital en zonas ignoradas durante mucho tiempo por los bancos.
SoftBank, que hizo la mayor apuesta, creó en 2019 un fondo de 5 mil millones de dólares dedicado a la región y 30 meses después anunció un segundo 3 mil millones de dólares. El capital y la financiación procedían de los multimillonarios brasileños Jorge Paulo Lemann, Marcel Telles y Carlos Sicupira, así como de incondicionales de Silicon Valley y de las finanzas estadounidenses, como Sequoia Capital, Goldman Sachs, JPMorgan Chase & Co y Visa.
Nubank fue uno de los primeros en establecerse. La empresa se dirigía a clientes jóvenes, sin muchos recursos y no bancarizados. Su gran atractivo era una tarjeta de crédito digital sin comisiones.
Sus cofundadores -el director ejecutivo, Vélez, había sido socio de Sequoia; Cristina Junqueira, ejecutiva de tarjetas en Itau Unibanco, y Edward Wible, ingeniero de software en Boston Consulting- encontraron rápidamente patrocinadores. A principios de 2016, Goldman empezó a inyectar cientos de millones de dólares en financiación para ayudar a Nubank a elevar el número de préstamos.
Con la llegada de la pandemia en 2020, el comercio en línea recibió un impulso y la banca y los pagos digitales despegaron. Al año siguiente, las inversiones de capital riesgo en empresas fintech latinoamericanas alcanzaron la cifra récord de 6 mil 160 millones de dólares, según la asociación LAVCA para inversiones de capital privado en la región. En diciembre, Nubank recaudó 2 mil 800 millones de dólares en una oferta pública inicial que valoró la empresa en 45 mil millones de dólares, el mayor entre cualquier otro banco de América Latina en ese momento.
Para entonces, muchas otras fintech planeaban anunciar sus propias ofertas públicas, pero todo cambió cuando subieron las tasas de interés en Estados Unidos, Europa y América Latina. A medida que los bonos ofrecían rendimientos más jugosos, el apetito por el riesgo que impulsó muchas de las apuestas de capital riesgo empezó a menguar.
El desvanecimiento del frenesí inversor dejó tras de sí unas 2 mil 595 startups que ofrecían crédito, criptomonedas, pagos o servicios generales de infraestructura financiera nacidas en América Latina, según el informe de Distrito, que contó con el apoyo de SoftBank y Upload Ventures. Esto incluye a 403 en México y mil 476 en Brasil.
En una época de altos costos de endeudamiento, legiones de pequeñas empresas tendrán dificultades para conseguir el capital adicional que necesitan para crecer. Eso da ventaja a las fintech más grandes que tienen fuentes de financiación establecidas, depósitos de clientes y la capacidad de ajustar lo que cobran a los prestatarios.
“El tamaño de las tasas de interés locales tiende a compensar la mayor morosidad a lo largo del ciclo y posiciona al crédito como uno de los negocios más valiosos para las startups en América Latina”, comentó Pedro Pereira, jefe de banca de inversión en tecnología para la región en Bank of America.
Nubank, que paga a los ahorradores alrededor de 11 por ciento por los depósitos, generó 815 millones de dólares en ingresos netos por intereses en el primer trimestre de este año, más del doble que el año anterior.
Las fintech más pequeñas que quieran triunfar en un mundo con menos capital disponible necesitarán un producto “mil veces superior a lo que ya existe en el mercado”, y probablemente tendrán que recortar costos y abandonar proyectos que no sean centrales para su estrategia, dijo Vélez, director ejecutivo de Nubank.
La debacle también ofrece otra gran lección: Para que unafintech sobreviva en América Latina, es posible que tenga que actuar un poco como un banco tradicional. De hecho, Nubank está emulando algunos aspectos de los bancos tradicionales a los que una vez trató de desafiar. En ese entonces, cuestionaba a los prestamistas tradicionales por ofrecer tipos de interés 50 por ciento más altos.
“Algo está muy, muy roto aquí”, dijo aseguró a Bloomberg en una entrevista en 2015, refiriéndose a las tasas de interés de hasta 500 por ciento en las tarjetas emitidas por los grandes bancos. “En un mercado competitivo, uno no vería eso”.
‘No todos sobrevivirán’
La llegada de las fintech desencadenó una sobreoferta de crédito en la región. Algunos consumidores que antes no tenían acceso a los servicios bancarios presentaron aplicaciones hasta por seis tarjetas.
A fines de 2022, casi la mitad de los clientes de tarjetas de crédito de entidades no bancarias tenían ingresos bajos, en comparación con aproximadamente una cuarta parte de los grandes bancos, según un informe de Fitch Ratings. Un fuerte aumento en la tasa de interés de referencia de Brasil —a casi 14 por ciento desde 2 por ciento— en solo 15 meses afectó especialmente a esos prestatarios. La semana pasada, el banco central comenzó la flexibilización, recortando las tasas en 50 puntos base, a 13.25 por ciento.
Los grandes prestamistas pueden adaptarse y capear la tormenta, dijo Pedro Carvalho, analista de Fitch.
“Los que corren mayor riesgo son las fintech más pequeñas”, dijo. “Una cosa es segura: no todos sobrevivirán”.
Mercado Pago, que ofrece préstamos, tarjetas de crédito y una popular plataforma de pagos, representó alrededor de 44 por ciento de los ingresos del minorista Mercado Libre en el segundo trimestre, un aumento frente a 31 por ciento del año anterior. Su cartera de crédito de 3 mil 300 millones de dólares contrasta con los 12 mil 800 millones de dólares de Nubank.
Pero se prevé que los nuevos préstamos de Mercado Pago se desaceleren ante el entorno más desafiante de 2023, los mayores costos de financiamiento y el aumento del endeudamiento de los hogares en Brasil.
Nubank quiere expandirse a la clase media —donde la competencia con los grandes bancos es más reñida— y en préstamos garantizados, como préstamos de nómina y créditos con garantía —donde las tasas de morosidad son más bajas—. Las fintech como Neon Pagamentos respaldada por General Atlantic, un unicornio brasileño que recibió una inyección de capital del BBVA Argentaria de 300 millones de dólares el año pasado, también están en crecimiento y compiten por los mismos clientes.
Expansión en el extranjero
Otros mercados también parecen difíciles.
Nubank, que genera 90 por ciento de sus ingresos en Brasil, enfrenta riesgos con su esfuerzo por expandirse a México. Allí, los bancos establecidos ya tienen plataformas digitales para competir con las fintech, lo que en algunos casos les permite operar de manera más independiente y entrar en alianzas estratégicas, opinó Alejandro Tapia, otro analista de Fitch.
Banorte, el segundo banco más grande de México por cartera de préstamos, por ejemplo, se asoció con la empresa de comercio electrónico y servicios de entrega Rappi, con sede en Bogotá, en una tarjeta de crédito. La fintech argentina Ualá obtuvo la aprobación regulatoria para adquirir ABC Capital Bank de México y expandir sus operaciones en el país, con el lanzamiento de una cuenta de ahorros de alto rendimiento.
La economía de México es más informal, y las transacciones con tarjetas de crédito representan solo 20 por ciento del volumen en Brasil, según un informe de Citigroup. Además, sus márgenes crediticios también son mucho más ajustados, lo que dificulta la compensación de pérdidas crediticias. Cuatro prestamistas no bancarios incumplieron o entraron en liquidación anteriormente este año.
“México es un país con un gran potencial”, aceptó Vélez de Nubank. “Las oportunidades son enormes, ya que la penetración del servicio es mucho menor: se estima que 60 por ciento de los mexicanos no están bancarizados. Pero, como siempre, hemos ampliado nuestra operación con atención y cautela”.
Información de: El Financiero