Tampoco en su despacho habrá reunión entre el general Luis Cresencio Sandoval y un grupo de diputados para conocer más detalles sobre la filtración de más de cuatro millones de correos. El Secretario de la Defensa Nacional (Sedena) decidió cancelar la noche del sábado la reunión que había aceptado mantener con un grupo de diputados de la comisión de Defensa para hablar del hackeo que sufrieron las Fuerzas Armadas por un grupo de activistas denominado Guacamaya.
Desde que saltó el escándalo, hace diez días, la Comisión de la Defensa Nacional de la Cámara de Diputados había solicitado un encuentro con el secretario, ante la gravedad de la violación de la ciberseguridad y el hecho de que seis terabytes de información sensible anduvieran pasando de mano en mano y siendo analizada por decenas de periodistas de todo el país. Sandoval aceptó entonces el encuentro, con la condición de que se realizara en las instalaciones del Ejército y no tuviera que acudir a la Cámara. Sin embargo, Sandoval decidió dar marcha atrás y también esta reunión, prevista para el martes, fue cancelada.
El diputado de Movimiento Ciudadano Sergio Barrera confirmó la suspensión y criticó el desdén mostrado por la cúpula militar hacia uno de los poderes del Estado. “Acabo de ser notificado que el general secretario Cresencio Sandoval pospuso la reunión que tendríamos el próximo martes 18 de octubre y no hay aún una fecha definitiva. Es una pena que nos hayan cancelado debido a que hemos solicitado por varias vías que necesitamos tener más información acerca del lamentable hackeo que ocurrió en la Sedena”, dijo el legislador de Movimiento Ciudadano.
Barrera señaló que los diputados de la Comisión de Defensa Nacional esperan hablar con el secretario para discutir el presupuesto que necesita la dependencia para lograr un mejor sistema de protección digital. “Lo estamos buscando justo para discutir el presupuesto, si vamos a tener que dotar de recursos para proteger a la Sedena, necesitamos hablar con el General y resulta que, después de la militarización que están haciendo, pues no es posible, que no nos puede recibir”, declaró el legislador. Precisamente, unas de las razones esgrimidas por el Ejército para justificar el hackeo ha sido la falta de presupuesto para blindar sus comunicaciones.
Para el diputado Barrera, sin embargo, el rechazo a reunirse con los diputados tiene que ver con que los militares no quiere estar sujetos al control de otro poder. “No quiere estar en una reunión, ya no digamos comparecer, ninguna de las dos. No solo no le importa comparecer, sino que desdeña a todo un poder, lamentable”, escribió el diputado.
La suspensión del encuentro eleva las dudas sobre la transparencia del Ejército en un momento en que se discute su papel y su acomodo en un sistema democrático sometido al control del resto de poderes. Este pulso coincide con el nuevo papel que tienen las Fuerzas Armadas en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, bajo el que han ganado presencia, influencia e ingresos económicos en rubros tan dispares como el de la seguridad pública, el control de puertos y aeropuertos, la construcción de infraestructuras estratégicas o el control migratorio entre otras.
Las filtraciones de los últimos días que han aparecido en distintos periódicos, entre ellos EL PAÍS, han significado un duro golpe para la credibilidad del Ejército, no solo por la fiabilidad de sus comunicaciones, sino por el contenido de las mismas. Entre otros aspectos se ha sabido que el Ejército vigiló a diputados y senadores, espió a activistas, planeaba la creación de una aerolínea o manejó con oscuro desenlace muchas de las denuncias de abusos sexuales recogidas dentro de la institución. Hasta el momento el Ejército han publicado un solo comunicado para deslindarse de actividades de espionaje pero sigue sin dar detalles sobre un escándalo que dura ya casi dos semanas. En medio del silencio reinante, la negativa del Jefe del Ejército a comparecer ante los representantes del poder legislativo que recientemente aprobaron un nuevo marco legal para blindar su actuación en tareas de vigilancia, solo prolonga las dudas que rodean a la institución más oscura del país.
Información de: El País