El ‘nagging’ es un problema de comunicación en el que un miembro de la pareja pide y el otro hace caso. De hecho, los problemas en la comunicación son una de las principales razones que conducen al fracaso de un matrimonio, por encima incluso de la infidelidad.
Ordenar y obedecer, el término nagging, que se podría traducir aproximadamente como una mezcla de regañar, fastidiar, insistir y gruñir, siempre con un matiz negativo, se ha utilizado ampliamente en al mundo anglosajón para nombrar este tipo específico de problemas de comunicación en el que un miembro de la relación pide y el otro obedece.
La palabra proviene del escandinavo “nagga”, que significa “roer”, puesto que el efecto psicológico que se produce en la pareja al repetir una y otra vez las mismas ideas (“haz la cama”, “llama a tu hermana”, “acuérdate de recoger luego a tu hijo”) es semejante al que un ratón lleva a cabo con su comida: lenta pero inexorablemente, la insistencia termina devorando la cordialidad de la relación.
Los ‘naggers’ critican sin parar y tienden a generalizar, además crean un círculo vicioso de difícil salida en el que ambos piensan que tienen razón. Y en parte así es: cuanto más se queja uno, más probable es que su pareja no le haga caso, lo que suele derivar en un enfado del primero y en la victimización del segundo.
Otro problema grave que según expertos puede afectar la autoestima de las personas es la sensación que tiene el que es regañado de que lo hace todo mal, y de que su pareja se comporta como lo había hecho su padre. En muchas ocasiones, los naggers responden a un perfil psicológico muy concreto que les lleva a buscar el conflicto continuamente, como forma de afirmación.
En un texto publicado en Psychoanalitic Review destacó que mientras el que regaña suele ser recto, pero también débil, inseguro y temeroso; el regañado suele aceptar su culpa y mostrar mucho autocontrol. Sin embargo, cuando el que realiza los reproches se encuentra con alguien que contesta directa y convincentemente a las críticas, es probable que poco a poco comience a controlarse culpar al otro y hacerle sentir estúpido o inferior son actitudes que dañan la relación.
Este tipo de conducta provoca muchos sentimientos negativos en el que recibe tantas críticas y regaños constantes:
* Genera un cansancio emocional
* Desinterés de estar con la pareja en lo sexual y en lo emocional
* Culpabilidad de que el otro se sienta mal
* Llegar a creer que realmente no sirve o que es una persona inútil.
* También le ocasiona el pensar “no soy suficiente”, nunca seré aprobado
* Sentirse despreciado y de que por más que haga nunca quedaré bien con mi pareja.
Todo eso lleva a la frustración y a veces a la situación de amor-odio hacia su pareja produciendo así pleitos entre ambos donde se hieren mucho como pareja, además, el que critica y regaña constantemente puede reflejar que padece de problemas como:
* Personalidad controladora, ser alguien tóxico
* Tener roles de papá o mamá hacia su pareja
* Tener iras acumuladas, traumáticas de su niñez o adolescencia no superadas
* Personalidad inmadura o simple y sencillamente una mala actitud
* Ser maleducado o tener una cultura negativa de la relación y que le fue enseñada en su casa por el ambiente familiar donde este se desarrolló.
Si bien el nagging refleja inmadurez en ambos, uno de ellos por regañar tanto y el otro por aguantarlo por años, la clave para evitarlo es comunicación sana entre ambos, hacerle saber a la persona cómo te hace sentir y sugerirle que se ponga en tu lugar. La paz y el buen ambiente en una relación se logra con el manejo de estas conductas negativas en forma madura y pacífica