(Desde Montevideo, Uruguay) Mientras caminaba por la costa de Sauce de Portezuelo, cerca del Aeropuerto de Laguna del Sauce y de las playas de Punta del Este, una mujer encontró una botella que contenía un mensaje. Estaba escrito en un idioma que no entendía, pero había unas letras que reconocía: “SOS”.
La mujer entendió que se trataba de un pedido de auxilio y enseguida dio aviso a las autoridades de la prefectura de Maldonado, que derivaron el asunto a la Fiscalía.
Hubo que recurrir a un traductor para entender lo que el texto decía: “Hola, soy tripulante del buque Lu Qing Yuan Yu 765, me encerraron en la compañía. Cuando veas este papel, por favor ayudame a llamar a la policía! Socorro-Socorro”.
A pesar de que las embarcaciones chinas suelen mantenerse con sus transmisores apagados para evitar ser detectados, el experto en maniobras de pesca china en Latinoamérica, Milko Schvartzman, logró localizar el buque en el sistema de radares justo enfrente al puerto de Montevideo.
El fiscal Diego Pérez estaba de turno, pero finalmente quien se encargó del caso fue Leonardo Morales. Este lunes, con una orden judicial, las autoridades uruguayas y una persona que traducía el idioma inspeccionaron el buque durante una hora y media, según informó El Observador.
A bordo del barco, constataron que había 15 tripulantes, todos de origen chino. En declaraciones a ese medio, el fiscal Diego Pérez dijo que no se encontraron con “ninguna situación extraña” aunque sí con un “régimen de trabajo particular y reclamos por salarios”.
Esa es la explicación del descontento. La tripulación tenía contrato hasta el 29 de junio y no había cobrado sus salarios. Además, les habían avisado que no se les pagaría el resto del tiempo que permanecieran en el buque. Los tripulantes pretendían cambiar de barco.
“No se constató ninguna situación de privación de libertad, más allá de que los tripulantes hace dos años están en el mar sin tocar puerto”, agregó Pérez.
El otro fiscal de la causa, Leonardo Morales, dijo al noticieroTelemundo que todos los tripulantes estaban en buen estado de salud y que no encontraron ningún delito. La Fiscalía de Uruguay, por tanto, terminó sus actuaciones.
Ninguno de los viajeros asumió ser el autor del mensaje que lanzaron hasta la costa uruguaya.
Este reclamo es uno más de las denuncias que se hacen a la flota de barcos pesqueros que el régimen chino despliega en América Latina. El puerto de Montevideo es, según Schvartzman, el “principal apoyo a la flota del Atlántico Sur” y de acuerdo a sus investigaciones allí desembarcan al menos un tripulante fallecido por mes.
Las compañías suelen emplear a trabajadores de Indonesia, Filipinas o África bajo promesas tentadoras que luego no cumplen.
“Toda la actividad de la flota pesquera extranjera en el puerto se encuentra encubierta por complicidad de las autoridades. No hay voluntad del gobierno de Uruguay en luchar contra la pesca ilegal o en contra de los abusos de los derechos humanos a bordo. El Estado uruguayo se ve beneficiado por las actividades ilícitas de estas embarcaciones”, señaló Schvartzman a Infobae.
En 2019, el gobierno uruguayo inspeccionó solo 33 embarcaciones de las más de 320 que operaron en el puerto de Montevideo en ese año. De las analizadas, solo una era china, según los datos del experto.
Esta semana se dio otra situación particular con un barco pesquero de Hong Kong que navegaba a 2.000 kilómetros de la costa uruguaya. Un tripulante chino sufrió un traumatismo de cráneo que le generó convulsiones y la pérdida de conocimiento. La Armada y la Aviación Naval uruguaya lo asistieron y debieron trasladarlo en helicóptero hasta Maldonado.
Información de: Infobae