Última Columna del 2023.
A las vísperas de un año nuevo 2024 no resta mas que dar las gracias a nuestros lectores, esperamos que el 2024 sea un año de paz, tranquilidad y salud para todos.
Nada daría mas gusto en el tema político electoral que una participación histórica, que los jóvenes saldan a votar en la búsqueda de una sociedad mas justa, de nuevos gobiernos con proceder muy diferente a lo que por cien años se a vivido
que de un golpe de timón y demuestren que es posible tener un México sin los vicios del pasado.
Tenemos un gran País y todo es que lo dejen crecer, que los conformistas sean historia, que los gobernantes cambien, que los servicios de salud resulten de calidad y alcance de todos, que venga el progreso y que termine la violencia, un México alegre y en unidad.
Lo que depara el 2024.
Sin duda el año entrante tendremos grandes retos, tiempos importantes para definir el porvenir de millones de jóvenes y niños que serán las nuevas generaciones sobre las que sin duda recaerán muchas decisiones de importancia, hoy a quien nos toco vivir la juventud en los 80s seremos lo último de una conducta muy distinta a la que hoy se practica, somos los que llegamos a la edad adulta sin internet, redes sociales, computadoras o teléfonos celulares, la ultima generación que buscaba una dirección preguntando y que para viajar tenia un mapa, somos un parte aguas en la historia, la conminación entre lo manual y lo cibernético, los que se sorprendían con los inventos o innovaciones tecnológicas que dejaron de ser algo extraordinario.
Hoy las cosas son distintas y el ciudadano común solo cree en lo que dicen las redes, no es con intención de critica pero el 90% de los hombres sabia desde cambiar una llanta hasta remediar una avería o falla de motor, conocíamos del campo, de la siembra de la cosecha aun que no se practicara labores en el campo, se tenían nociones para anticipar el clima, no le teníamos miedo a la calle, teníamos amigos de verdad a los que se podía ver fisicamente e interactuar de manera real, el trabajo se realizada presencial y no existía siquiera el home office, se entendía el respeto a los mayores y supimos a ser felices sin pensar en la marca de una ropa o un aparato, una generación donde el suicidio era algo aislado y el psicólogo tenia vacío su consultorio.
Las mujeres igual contaban con la capacidad de practicar mil oficios, se daba alto valor a ser ama de casa y ello implicaba desde llevar las finanzas de una familia hasta saber remedios médicos contra malestares comúnes, su papel en la crianza de un hijo era fundamental, las practicas de higiene, respeto, amor a la vida y buenas costumbres de ellas emanaba.
Hoy las generaciones que van tomando las riendas son muy distintas, dudan de la religión pero son fanáticos de influencer que ni siquiera conocen en persona, platican con las redes sociales más que con sus semejantes, don por cierto todo lo que dice Google y viven despreocupados de pensar por si mismos, se dejan manipular por las mayorías digitales, se manejan bajo el criterio de otros y se cobijan con inteligencia artificial, son altamente dependientes del celular y pierden a diario las habilidades manuales o el sentido común, aclaro no se dice que eso sea malo pero si aseguramos que es distinto, es un cambio generacional en donde se empieza de nuevo, un antes y un después, lo que lograron las generaciones que fueron jóvenes en los ochentas y décadas posteriores todos lo sabemos, lo que lograran las nuevas aun no se conoce.
Esperemos que por tanto cuidar superficialmente las cosas no terminen con ellas, que en su afán de profesar la libertad y las equidades no culminen por desaparecerlas.
Feliz 2024 y que todo sea para bien.
A mí mis timbres, a Dios rogando y con el Mazo dando.