Entre todos los fenómenos de la naturaleza existe uno que destaca por su belleza que atrapa hasta al ojo más incauto: la bioluminiscencia. Este evento ocurre cuando ciertos microorganismos reaccionan químicamente, produciendo luz visible. La luz suele ser azul o verde azulada, aunque en ciertos casos puede ser casi violeta, verde amarillenta y, con menos frecuencia, roja. Alrededor del mundo se ha estudiado la bioluminiscencia en animales, microalgas y bacterias, y en México, es posible disfrutar de playas que brillan en la oscuridad.
¿Qué es la bioluminiscencia?
La bioluminiscencia es la capacidad de algunos seres vivos de crear luz a partir de una reacción química. Si bien la bioluminiscencia se presenta en mayor frecuencia en ecosistemas marinos, fuera de ellos también es posible apreciar el fenómeno en algunos hongos y animales invertebrados. Puede parecer más ciencia ficción que ciencia, lo cierto es que también algunas bacterias, gusanos, moluscos, crustáceos, insectos, peces y medusas tienen la capacidad de emitir luz como resultado de la conversión directa de la energía química en energía lumínica, según un boletín de la Fundación UNAM publicado en mayo de 2020.
Las playas bioluminiscentes son resultado de millones de bacterias y microorganismos dinoflagelados ―un tipo de fitoplancton―, que viven en sus aguas. Cuando las olas rompen en la orilla agitan a estos microorganismos y provocan una reacción química donde intervienen el oxígeno, así como las sustancias luciferina y luciferasa, produciendo luz. El resultado es una playa que brilla en la oscuridad, con un espectáculo visual verdaderamente único.
Un artículo publicado en la revista Science dice que la bioluminiscencia ha evolucionado de forma independiente varias veces en el árbol de la vida y que la mayoría de los organismos bioluminiscentes viven en mar abierto, donde su bioluminiscencia ayuda a especies de más de 700 géneros ―la clasificación biológica― a eludir a los depredadores, comunicarse, atraer a sus parejas y encontrar alimento.
Las playas bioluminiscentes mexicanas y cuándo visitarlas
Bucerías, Nayarit
Bucerías es una zona ideal para nadar a mar abierto, practicar buceo, kayak, entre otras actividades acuáticas. Los meses de agosto a diciembre son ideales para ver bioluminiscencia, especialmente durante las noches más oscuras.
Holbox, Quintana Roo
La isla mexicana de Holbox ofrece un espectáculo natural muy atractivo para quienes acuden a remar. El mejor momento para ver bioluminiscencia es durante las noches sin Luna o en zonas sin luz artificial durante los meses de junio a agosto.
Xpicob, Campeche
Si bien la bioluminiscencia en Xpicob se puede observar durante todo el año, los meses con mayor actividad van de octubre a diciembre, mientras que los picos más bajos ocurren de enero a mayo. Todo dependerá del estado del tiempo, pues los oleajes fuertes y la lluvia alteran su presencia. La luz de Luna y la iluminación artificial pueden interferir para disfrutar de este fenómeno.
El Saltito, Baja California Sur
El norte del país también permite apreciar el espectáculo nocturno que ofrece la bioluminiscencia. Entre los meses de abril y diciembre, es posible disfrutar de las aguas iluminadas de la playa El Saltito, ubicada a 40 minutos en auto desde La Paz. El lugar además ofrece un impresionante paisaje de arena blanca y las condiciones adecuadas para acampar, practicar kayak y nadar en el mar.
Laguna de Manialtepec, Oaxaca
Manialtepec es otro de los destinos preferidos para disfrutar de aguas bioluminiscentes. Se encuentra a 20 minutos en auto desde Puerto Escondido, y las mejores fechas para apreciar este fenómeno van desde los meses de julio a septiembre.
Lagunas de Chacahua, Oaxaca
Otra de las favoritas de Oaxaca es Chacahua. Estas lagunas se encuentran a 20 minutos en auto desde Mazunte, y a una hora desde Puerto Escondido. Luego se debe tomar una lancha desde Zapotalito para llegar al lugar. Los mejores meses para ver bioluminiscencia en las Lagunas de Chacahua van de agosto a marzo.