En las últimas semanas la violencia tiene un nuevo repunte alcanzando niveles alarmantes y posicionando a nuestro país como un territorio sin orden ni ley. 

Lo que sucede en México no pasa en ningún otro lugar del mundo, no hablamos solo de enfrentamientos entre grupos de delincuentes, ajustes de cuentas o asesinatos perpetrados en contra de integrantes de los carteles de la droga, la violencia ya trascendió multiplicándose exponencialmente. 

Homicidios perpetrados contra ambientalistas, lideres de grupos de agricultores, madres buscadoras, defensores de los derechos humanos, funcionarios públicos, Regidores, ex Alcaldes, Alcaldes en funciones o simplemente casos como el de la maestra que por negarse a pagar piso referente a permitirle manejar un auto para trasporte privado fue masacrada y filmada para exponer su muerte en redes sociales. 

Los escenarios son en verdad grotescos o incluso dantescos, lo verdaderamente imperdonable es la complacencia de un pueblo dormido e idiotizado mediante dádivas electorales disfrazadas de programas sociales y pagadas con dinero público. 

Que tiene que pasar para que los Mexicanos reconozcan de forma generalizada que las cosas están mal, incluso peor que nunca, cuando dejemos de fingir que nada pasa, que el pueblo vive feliz feliz. 

México es un caos, la violencia es insólita y los Mexicanos paren mas conformistas que nuca.