Desde tiempos ancestrales la noción del bien y del mal existe, es verdad que muchos han aprovechado ese concepto inherente al ser humano para la charlatanería o un modo de vivir explotando todos temores racionales, ahora bien el que existan personas que se aprovechen no significa que las cosas no existan.
La envidia es tristeza que se contagia, un sentimiento de pesar o dolor por el bien ajeno, el deseo de poseer algo de lo que se carece y que tiene el otro. Es un sentimiento que aparece en los grupos humanos, los cuales lo han enfrentado de diversas maneras, existe la envidia por los logros que alcanzan los semejantes, La envidia se vale de brujería como instrumento efectivo para hacer daño; por medio de aquélla se pueden provocar por ejemplo enfermedades o sensaciones adversas, Las brujas conocidas desde la época prehispánica como mometzcopinqui son claro ejemplo de como históricamente se han utilizado practicas ejecutoras de intenciones para causar daño.
En las épocas modernas rodeadas de avances y tecnología digital podría parecer tonto u obsoleto pensar en cuestiones de brujería, satanismo o de hechizos pero no se puede pasar por alto que el tema se considera como real por expertos y científicos.
El acervo popular ha recogido y mantenido, a lo largo de generaciones, la creencia en el mal de ojo. La base de esta superstición, relacionada con la envidia, tiene su origen en la Antigüedad y hay constancia de que, tanto en Grecia como en Roma existían prácticas rituales para aojar y maldecir, es decir, para causar mal por medio de la mirada o de la voz. Por otra parte, en la Edad Media, ya casi en los albores del Renacimiento, la bula papal de Inocencio VIII (1484), Summis desiderantes affectibus, y la posterior publicación del manual inquisitorial, Malleus maleficarum (1486), tendrían una influencia nefasta para todos aquellos, principalmente mujeres, que practicaban este tipo de rituales para ahuyentar el mal. En este estudio se realizará un breve recorrido por el mal de ojo: amuletos y protecciones contra el maleficio; quién es susceptible de sufrirlo y por qué; cuáles son sus síntomas, cómo se detecta; quién lo echa, por qué motivo y cómo lo hace; quién lo puede quitar y qué métodos utiliza para ello. Asimismo y para ilustrar este análisis, se compararán algunos casos de aojamiento en México, en contraste con algunos testimonios europeos.
Envidia y mal de ojo están íntimamente relacionados, pues el segundo no puede funcionar sin la primera. Mientras que la envidia es un sentimiento consciente y dañino, que impele al envidioso a codiciar lo que no es suyo y volcar su sentimiento lo anhelado, el mal de ojo, por norma general, es algo involuntario. Pero es precisamente la avidez hacia el objeto ansiado (bien sea este, persona, animal o cosa) lo que, según la creencia popular, provoca el mal de ojo.
El tema sin duda es profundo, existen como en todo quienes creen y los que son escépticos pero el solo hablar del tema o debatirlo conduce a su realidad, ante lo evidente podemos asegurar que el “ El mal puesto “ es real, la dificultad radica en comprenderlo, interpretarlo, aplicarlo o evitarlo, dejando claro que al ser algo provocado por las causas expuestas saber los remedios deben pender en el proceder propio de actuar justamente a modo contrario de sus causas, es decir optando posiciones ajenas a el mal, la envidia, el enojo o los deseos obscuros.
Mas delante para dar continuación al teme explicaremos acorde se narran en textos históricos el significado precisos del Mal de Ojo, Mal Puesto, las Maldiciones, al igual que los remedios o formas de protección mediante la utilización de amuletos, higas, hierbas o distintas protecciones.