Pese a conocerse las aspiraciones presidenciales del líder de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en la Cámara de Senadores Ricardo Monreal Ávila, su nombre solía ser continuamente excluido del listado de corcholatas y en el cual sí figuraban los tres más fuertes del guinda: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López.
Fue hasta el pasado 15 de enero que Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, incluyó formalmente a Monreal Ávila entre los posibles aspirantes para representar a Morena en los comicios del 2024. Un acto que el también presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) agradeció mediante una carta a Delgado Carrillo, pese a destacar — y lamentar — “su tardía incorporación” al proceso.
“Con la misma sinceridad, lamento mi incorporación tardía a un proceso que lleva 18 meses en curso”, aseveró en su escrito, seguido del despliegue de cuatro propuestas para garantizar la “participación, inclusividad y transparencia” en el proceso de selección de la o el candidato de Morena para el 2024.
El primer punto de su planteamiento propone considerar las opiniones de las o los aspirantes que buscarán llevar la bandera de Regeneración Nacional durante la carrera presidencial del próximo año: un acuerdo consensuado.
Es decir, explicó Monreal, se deberá tomar en cuenta el juicio de las y los posibles candidatos — juntos a los órganos de dirección e instancias previstas — para la definición de los términos, plazos y las reglas principales de la convocatoria, tales como el plazo adecuado para renunciar a sus actuales cargos, la resolución de dudas y controversias, etcétera.
Como segundo asunto, el presidente de la Jucopo recomendó configurar una elección primaria de candidato o candidata con base en los pareceres de la militancia y simpatizantes de ella; esto, previo a la realización de la encuesta que los estatutos de Morena reconocen como principal método de selección. Con ello, abogó por la metodología propuesta al señalar que podría superar, incluso, “a las mejores encuestas”.
“Una primaria es una fuente de legitimación mayor que cualquier ejercicio demoscópico de gabinete, ya que ni las mejores encuestas (las que no están truqueadas) pueden sustituir al pueblo o la realidad”.
Y bajo el mismo tenor de las encuestas, el tercer planteamiento de Monreal Ávila está dirigido a procurar la imparcialidad de la eventual encuesta en caso de determinarse la imposibilidad de realizar una elección primaria (por costo o riesgo de intromisión de otras fuerzas políticas).
Ante dicha hipótesis, argumentó el morenista, se podría implementar una batería de cinco encuestas — tres principales y dos espejo — con una pregunta única: “¿Quién quieres que sea el candidato (a) de Morena a la Presidencia de la República?”.
En tanto, también propuso elegir a cinco casas encuestadoras de prestigio a partir de una terna, en la cual se incluirían a diez de éstas: “La metodología sería avalada por instituciones académicas y asociaciones profesionales de agencias de investigación de la opinión pública”. De ese modo, aseveró el también académico, se prevendrá el conflicto de intereses producido “cuando el partido es juez y parte en la aplicación de sondeos para seleccionar” a las candidaturas.
Finalmente, la última proposición del ex gobernador de Zacatecas refiere a llevar a cabo debates regionales entre las y los aspirantes, con independencia del método a utilizar para la selección de la candidatura presidencial, moderados por el presidente de Morena, es decir, Mario Delgado.
Se plantea que dichos encuentros sean transmitidos por los canales de información del movimiento y se realicen en cada una de las cinco circunscripciones territoriales electorales.
Información de: Infobae
