Realizar cualquier trámite administrativo ante el IMSS es un dolor de cabeza, pérdida de tiempo y largas filas a la intemperie, la institución parece olvidad que todos los trabajadores o ex trabajadores dieron dinero de su sueldo para mantener al instituto Mexicano del Seguro Social, no es gente que acuda a pedir, miserear o solicitar sino que por el contrario acuden a exigir una prestación ganada con dinero de muchos años que dieron mediante sus aportaciones.
Es increíble observar el trato despótico que el personal del IMSS da a personas con discapacidad, gente en su mayoría de la tercera edad que al final de cuentas son derechohabientes, al intentar realizar un trámite administrativo lo primero que observas son largas filas que se comienzan a formar desde las 8 de la mañana, al intentar pedir algún informe en la puerta lo único que recibes es el grito de algún sujeto que a los cuatro vientos se la pasa diciendo “ Para cualquier trámite se ocupan formar en la fila “ sin dar mayor atención o información, las filas avanzan lento como todo en las oficinas de Gobierno Federal, lo pero viene después pues a pesar de que formalmente cierran a las 2 de la tarde su costumbre es dejar de atender para antes de las 11 am, después de haber estado una hora o mas parado bajo el sol o el frio en un momento ves salir a alguien del personal que desde la puerta grita “ Personas que vengan a realizar algún trámite de aclaración, modificación o solicitad de pensión ya se terminaron las fichas, el día de mañana vengan a formarse nueva mente a las 8 am “ así sin más entrecierra la puerta y se retira, a quienes permanecían formados no les queda otra que irse, el pasaje recuerda a una famosa película “EL Busca de la Felicidad” cuando el personaje principal en conjunto con menesterosos, vagabundos o personas en extrema pobreza acuden a los asilos donde les dan cabida para dormir y obtener algún alimento, tal cual después de estar en largas filas alguien con mala actitud salía a decir el espacio está lleno, ya no tenemos cupo y sin más cerraba la puerta, tal cual el trato en las oficinas administrativas del IMSS en Saltillo y seguramente en todo México.