Se estima que la reina Isabel II, durante sus 96 años de vida, poseyó una colección de joyas valuada en más de 130 millones de dólares, las cuales, tras su muerte, tendrían una nueva dueña y sería Kate Middleton, esposa de su nieto el príncipe Guillermo, quien se convertiría en reina en caso de que Guillermo se vuelva rey.
Aunque eso no sería todo, ya que, parte de la colección también sería destinada para su nieta Charlotte, hija de Kate y Guillermo, dejando fuera a su prima Lilibeth Diana, hija del príncipe Harry y la actriz Meghan Markle, siendo esta última también perjudicada, quien de igual manera estaría fuera de la última voluntad de la reina Isabel II.
Se estima que el valor de las joyas ascendería a 110 millones de dólares y serían alrededor de 300 piezas en total. Cabe recalcar, que su nieta Lilibeth Diana fue bautizada en su honor y en el de Diana, exprincesa de Gales, quien falleció el 31 de agosto de 1997.