Fabrice Morvan, uno de los miembros del dúo Milli Vanilli, famoso en la década de los 90, cuenta su historia en un documental que ha llegado a Paramount+. En una reunión virtual, Morvan relata el escándalo de Milli Vanilli, donde los miembros del grupo fueron obligados a admitir que no cantaban en sus propias canciones que alcanzaban los primeros lugares en las listas de éxitos. La furia del público y de la prensa al descubrir que las canciones de Milli Vanilli, como Girl You Know It’s True y Blame It On the Rain, habían sido sincronizadas con los labios, se siente desmedida en nuestros días, donde la inteligencia artificial y el autotune son parte integral de la música pop.
Morvan sostiene que él y su compañero de banda, Rob Pilatus, fueron los únicos investigados mientras las grandes discográficas y productores escapaban de la responsabilidad. El documental, dirigido por Luke Korem, aborda la infame historia desde una perspectiva moderna, resaltando las dinámicas de “poder parasitarias” en la industria de la música. En 1990, la historia de Milli Vanilli se redujo a un engaño audaz, pero en 2023 se percibe como una advertencia sobre la explotación racista, la avaricia corporativa y la seducción de la fama.
«Rob y yo no fuimos tratados con imparcialidad. Éramos los únicos investigados. Los guardianes, la discográfica, los managers, la empresa de relaciones públicas, el productor… corrieron al bosque”, dice Fabrice Morvan en el documental Mandatory Credit: Photo by Andre Csillag/Shutterstock (477080dp)
“Me costó entenderlo porque en la escuela me interesaba el periodismo; sabía que un verdadero periodista tenía el juramento de investigar, de ser imparcial, de dirigirse a todas las personas de la historia. Pero allí mismo, Rob y yo no fuimos tratados con imparcialidad. Éramos los únicos investigados. Los guardianes, la discográfica, los managers, la empresa de relaciones públicas, el productor… corrieron al bosque”, declara Morvan a las cámaras de Paramount+.
Al recordar cómo firmaron un contrato sin protección legal con Frank Farian, productor alemán que ya había ejecutado un fraude similar con Boney M, Morvan considera que cayeron en una trampa sin salida al asumir la deuda con el productor. Reconoce que, con el paso del tiempo, terminaron “aceptando la mentira” y también se refiere al pernicioso encanto de la fama, especialmente para Pilatus, que creció en un orfanato.
Fabrice considera al productor alemán Frank Farian como el principal responsable del escándalo Paramount+
“Siempre digo que Rob murió con el corazón roto a causa del amor que le arrebataron. Cuando lo perdimos todo, entramos en una espiral. Para sobrevivir a la presión de seguir con esta mentira, nos medicamos, para adormecer las emociones y poder seguir trabajando”, reflexiona Fabrice de ahora 57 años.
Morvan refiere cómo el engaño constante fue un desafío mientras caminaba hacia el éxito. En la cima de su carrera, sin embargo, las críticas y el escepticismo del público culminaron en la trágica muerte de Pilatus en 1998, debido a una sobredosis accidental de alcohol y medicamentos recetados. Aunque el engaño eventualmente fue revelado y llevaron la culpa, los miembros de Milli Vanilli no eran los únicos culpables. Morvan señala el involucramiento de la industria musical en su engaño.
Ex ejecutivos de Arista Records apuntan hacia el fundador y presidente Clive Davis como cómplice, ya que supuestamente ignoró el engaño una vez que éste salió a la luz; además, Michael Greene, jefe de los Grammy en ese momento, habría estado al tanto de que el dúo hacía playback en sus presentaciones.
Aun con el paso del tiempo la explotación continúa en la industria musical, pues cada ciertos años aparece un nuevo best of Milli Vanilli, del cual Morvan no recibe ningún ingreso. Sin embargo, ha encontrado una forma de apreciar los éxitos clásicos de Milli Vanilli y sigue subiendo a los escenarios donde, ahora sí, canta en sus presentaciones.
Si bien, el documental ofrece a los espectadores una visión más clara de la historia detrás del controversial duo, Fabrice asegura que esto es sólo el principio, pues un escándalo que cobró la vida de una persona, no se puede resumir en dos horas de metraje.
“Una hora y 40 minutos no es suficiente. Podemos desgranarlo, porque hay muchas cosas que sólo hemos tocado brevemente. Así que, continuará. Pero me emociona haber podido contar por fin mi historia después de 30 años… Contarla desde un punto de vista humano y mostrar el funcionamiento interno de la industria musical”.
Información de: Infobae