Hay una triste historia de la muerte de una joven tabasqueña llamada Josefina Pannier. Sus restos descansan en una abandonada tumba ubicada cerca de la capilla del panteón Central de Villahermosa.
Para cualquiera que decida adentrarse en el cementerio, encontrará, a unos pasos de la capilla que se ubica casi en medio del camposanto, a mano derecha, una tumba muy vieja, en forma de capilla, sostenida por capiteles dóricos, coronada por dos enormes floreros recién restaurados (único elemento discordante), y rodeada por una reja herrumbrosa. En la lápida, la figura de una paloma quedó suspendida en pleno vuelo, casi irreconocible. El ave tiene la cabeza y las alas erosionadas por el tiempo, suspendida entre las dos fechas que marcan el breve paso por la vida que tuvo la ocupante de la cripta.
Josefina Pannier era huérfana de padre y madre, hija legítima del ciudadano francés don Francisco Pannier (viudo en 2 ocasiones) y de la Sra. Nicolasa Medina, oriunda de la Villa de Guadalupe de Frontera, Tab.
Por matrimonio “in artículo mortis” de sus progenitores la Srita. Josefina Pannier Medina, es reconocida como hija legítima tanto por la Iglesia como por la Ley.
Se cuenta que la adolescente mantenía una relación con el joven Armando Correa Zapata, a quien se describe como “apuesto y gallardo mancebo”, en tanto que la señorita Pannier era «muy bella y encantadora».
En el Instituto Melchor Ocampo, dirigido por la señora doña Mariquita Zapata de Correa, una mujer dulce y caritativa; sus hijos, Juan, Alberto y Dolores Correa Zapata eran instructores; en tanto que Armando Correa Zapata, el menor de los cuatro, era tan sólo un estudiante (Alberto Correa Zapata fue protector años después del profesor Marcos E. Becerra).
La muerte de Josefina Pannier fue en su época motivo de gran escándalo, mientras algunos señalaron fue un suicidio por amor, otros apuntaban a que había sido un asesinato entre enamorados, otros más que la familia del joven Correa Zapata no la aceptaban y habían mandado que fuera asesinada.
El reporte de la época de las autoridades describe que la Srita. Josefina Pannier de 16 años, fue hallada en su aposento contiguo al Colegio “María”, situado en la acera noroeste de Plaza de la Constitución # 3 de la calle de Iturbide, donde vivía como alumna interna. Fue declarada muerta a las 11:05 hrs., la causa fue herida de proyectil de un tiro de revólver.
Se dedicaron meses a las investigaciones que intentaban esclarecer si había sido un suicidio o si la joven había sido asesinada e involucró a reconocidas familias de la capital; se realizaron muchos interrogatorios a amigos, conocidos y familiares. El suceso fue muy comentado en la época por los nombres de las familias involucradas, las investigaciones. El hecho que nunca fue esclarecido.
Se han escrito muchas historias y leyendas alrededor de la muerte de Josefina Pannier, si fue producto de verse abandonada por su joven enamorado, por ser un amor prohibido o por la intención de evitar siguiera la relación entre los dos jóvenes.
Sin embargo, la realidad es que nunca pudo escarearse si su muerte fue asesinato o suicidio.
Algunos años después, los profesores Alberto y Dolores Correa Zapata se fueron a radicar a la Ciudad de México a ocupar altos cargos en el magisterio, donde los dos, principalmente Dolores, se distinguieron como instructores.
La inscripción en la lápida de Josefina Pannier está firmada por «sus hermanos», al haber quedado huérfana de padres a muy temprana edad.
Para cualquier villahermosino distraído que camine por el panteón Central, en donde reposan tantas historias como personas se encuentran sepultadas ahí, podrá encontrar la tumba de la joven y bella Josefina Pannier, caminando por la calle central del camposanto, a la derecha de la capilla.
Con información de: Ángel Vega y Gerardo Zentella-Falcón. VÍA EL HERALDO DE TABASCO