Es probable que muchos de los lectores de este artículo hayan visto la película “La novia cadáver”, de Tim Burton. Lo que seguramente muchos no sabrán es que su historia está basada en gran medida en una leyenda o cuento ruso. Y este a su vez está basado en los asesinatos de mujeres judías cuando iban camino a su boda ya vestidas con el traje nupcial, así como el hecho de que existía la tradición de enterrar a los muertos con las ropas con las que habían muerto (con lo que estas mujeres asesinadas eran enterradas en sus vestidos de novia).
Dice la leyenda que un día un joven que iba a casarse viajaba junto a un amigo al pueblo donde se encontraba su futura esposa, encontrándose con una rama que se asemeja a un dedo. El joven y su amigo, jugando, colocaron el anillo de compromiso en la rama y posteriormente hicieron los votos ceremoniales y ensayaron los bailes nupciales. De pronto, la tierra se movió dejando ver que la rama en el fondo era un dedo, que formaba parte de un cadáver vestido de novia.
Este cadáver los miró expectantes y, observando que habían celebrado la boda, dijo que quería reclamar sus derechos como esposa. Ambos huyeron al pueblo de la futura esposa, acudiendo a los rabinos para preguntarles si el matrimonio era válido. Mientras los rabinos debatían, la muerta llegó junto a ellos y volvió a reclamar a su marido.
En ello llego también la novia viva del hombre, la cual se enteró entonces de la situación y lloró ante la posible pérdida de su pareja y sus hijos. Poco después los rabinos salieron, determinando que la boda era válida, pero también que los muertos no podían reclamar a los vivos. Fue ahora la novia cadáver la que lloró y sollozó su imposibilidad de formar una familia.
Pero la novia viva, compadeciéndose, se acercó y la abrazó, prometiéndole que viviría su sueño y tendría muchos hijos que serían de ellas dos además de del marido. Ello tranquilizó al espíritu, el cual terminó por descansar en paz y feliz a la par que la pareja pudo volver a casarse y con el tiempo tener descendencia, a quien contarían la historia del espíritu.
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