Esta leyenda se volvió popular entre las jóvenes que han vivido en la Casa del Estudiante de la Universidad pública del estado.

La historia contada por una joven, hija de una de las primeras mujeres que habitó el recinto menciona que cuando su madre era joven, junto a sus compañeras encontraron un hoyo en una de las habitaciones, mismo que decidieron explorar y al bajar a él sólo vieron oscuridad y que al parecer no tenía fin, por lo que decidieron no seguir buscando.

En la casa vivía una chica embarazada, que no tenía familia en la región ya que según esto venía de Sonora, un día la joven madre entró en labor de parto y entre todas se propusieron a apoyarla en el “alumbramiento”, sin embargo todo se comenzó a complicar, y al no tener los recursos para llevarla a un médico la mujer murió, dejando a su hijo en mano de sus compañeras, quienes buscaron a la familia de la difunta y esta a su vez se llevó al recién nacido y el cuerpo para darle santa sepultura.

Desde entonces las estudiantes comenzaron a sentir la presencia de un ser, viendo figuras de una mujer de blanco así como escuchar ruidos extraños.

Luego de varios años la madre de la joven que relata la historia, decidió llevar a sus hijas a conocer el lugar donde había vivido durante sus años de estudios, pidieron permiso para ingresar y la ya madura mujer fue recibida de la mejor manera, recibiendo preguntas de las que en el momento vivían ahí, entre tantas curiosidades una de las jóvenes cuestionó a la mujer que si cuando ella vivía ahí ¿ya se aparecía la mujer del cuarto?, a lo que la mujer contó la historia de cómo su amiga había fallecido al dar a luz.

Como estas existen más leyendas que han trascendido de generación en generación y hoy en día son contadas entre los jóvenes y adultos de la época quienes dicen saber sobre el tema, otros solo dicen que son falsas creencias, sin embargo nada ha sido comprobado