Entre las leyendas más populares de la región, se encuentra la historia del diablo y el tesoro maldito que custodia en los caminos que conducen a Mesteño.
En Parras de la Fuente, Coahuila, las historias de terror y misterio se entrelazan con el paso del tiempo. Entre las leyendas más populares de la región, se encuentra la historia del diablo y el tesoro maldito que custodia en los caminos que conducen a Mesteño.
Cuentan los lugareños que, al caer la noche, una carreta se escucha arrastrando cadenas por los solitarios caminos de Parras. Aparece entonces un hombre vestido de negro, con un amplio sombrero y ojos brillantes como lumbre. La presencia del misterioso hombre y la carreta infernal han causado temor entre los habitantes, quienes evitan salir después de la medianoche.
La leyenda se remonta a un campesino valiente y ambicioso que se aventuró a perseguir la carreta y descubrir la verdad detrás de ella. Este hombre, conocido por su carácter agresivo y su deseo insaciable de riquezas, incluso llegó a ofrecer su alma al diablo con tal de obtener dinero. Sin embargo, tras aquel fatídico encuentro, el campesino desapareció y su casa en el desierto quedó abandonada y en ruinas.
Según la leyenda, en tiempos de la Revolución, los revolucionarios utilizaban los caminos de Parras como rutas para transportar oro y plata obtenidos de los asaltos a las haciendas de los ricos. En su huida de las fuerzas federales, escondían los tesoros a lo largo de los caminos. Con el tiempo, el diablo se convirtió en el guardián de esas riquezas enterradas, y aquellos que intentaron desenterrar el tesoro fueron tentados por el oscuro ser, quien exigía sus almas a cambio de la fortuna.
La presencia del diablo y la carreta maldita no se limita únicamente a Parras de la Fuente, sino que también se ha escuchado en poblados cercanos y en los ejidos de la región. Los lugareños relatan cómo en las noches se percibe el sonido de las cadenas arrastrándose y las carretas pasando. Incluso durante el día, cerca de las tres de la tarde, se escuchan los perturbadores ruidos a lo largo de los caminos, justo antes de llegar al pueblo.
La fama de este tesoro maldito y la presencia del diablo como su guardián han generado temor y cautela entre los habitantes de la zona. Quienes se han atrevido a investigar y buscar el tesoro han sido espantados por el diablo en forma de un charro negro. Los relatos hablan de carretas rodeadas de fuego que continúan acechando en las noches, manteniendo viva la leyenda y la intriga en Parras de la Fuente.
Aunque algunos curiosos aún sienten la tentación de desenterrar las riquezas ocultas, la mayoría prefiere olvidar el tesoro y evitar encontrarse con el diablo en su camino. El misterio y el terror que rodean estas leyendas continúan alimentando la imaginación de los habitantes de Parras y manteniendo vivo el encanto de estas historias que han sido transmitidas de generación en generación.
Las leyendas de Parras de la Fuente sobre el diablo y el tesoro maldito han dejado una huella profunda en la cultura y la tradición de la región. La presencia de la carreta infernal y el hombre vestido de negro han sembrado el temor y la cautela entre los habitantes, quienes evitan salir por las noches. La historia del campesino valiente y ambicioso que desapareció tras su encuentro con el diablo ha capturado la imaginación de la comunidad, convirtiéndose en un relato que se transmite de boca en boca. Aunque el tesoro maldito sigue siendo objeto de deseo para algunos, la mayoría prefiere mantenerse alejados de su oscuro encanto y evitar encontrarse con el diablo en los solitarios caminos de Parras de la Fuente.