El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se ha vuelto el partido político más ganador en México desde su institucionalización en 2014, tanto así que logró consolidarse en más de seis años como la primera fuerza política del país; sin embargo, su historia tiene un punto focal importante de analizar, puesto que nació de un rompimiento interno del Partido de la Revolución Democrática (PRD), mismo que tiene como protagonista al presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Fue en el año de 2011 cuando el actual jefe del Ejecutivo Federal volvió a competir, por segunda vez, internamente en el Sol Azteca por la candidatura a la presidencia. Entre los posibles aspirantes se encontraba una de las actuales “corcholatas”, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard Casaubón, mismo que encabezaba algunas encuestas de preferencia; aunque el tabasqueño resultó como el ganador, un movimiento que ya llevaba años fraguándose, se consolidó.
El 21 de marzo de dicho año, desde el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, López Obrador presentó un proyecto de nación con la esperanza de subir en las preferencias internas, pero el panorama no fue el más alentador, ya que comenzó a ser evidente la ruptura interna, específicamente con el grupo que lideraba el entonces presidente nacional del PRD, Jesús Ortega, mejor conocido como Los Chuchos.
Sin embargo, con base en lo que explica el doctor Héctor Alejandro Quintanar Pérez en su libro Las raíces del Movimiento de Regeneración Nacional, el proyecto de nación que presentó AMLO no se trató de un hecho aislado, sino, más bien, fue la consolidación de una lucha que se inició desde la campaña a la Presidencia de la República en el 2006, mismo que se vio edificado con el Gobierno Legítimo durante el sexenio de Felipe Calderón.
“No era ningún plan emergente: durante todas las facetas del movimiento que encabezó durante el sexenio de Calderón (Convención Nacional Democrática, Gobierno Legítimo, Movimiento en Defensa del Petróleo) hubo siempre dentro de ellas una promoción implícita del ‘Proyecto Alternativo de Nación’ con que sustentó su candidatura presidencial en 2006″.
Al igual que el Plan Alternativo de Nación -que hoy en día es conocida como la Cuarta Transformación-, los problemas de AMLO y el PRD no se dieron de cara los comicios del 2012, sino que se fueron fraguando, incluso desde el proceso de desafuero que protagonizó el actual presidente mexicano en 2005, ya que la discusión llevó a que la imagen del Sol Azteca fuera fuertemente cuestionada.
Aunado a lo anterior, se sumó la polémica que generaron los resultados de los comicios presidenciales que dieron el triunfo a Calderón Hinojosa un año después, ya que, aunque el partido en conjunto protestó por lo que ellos llamaron “fraude electoral”, dentro del instituto político se comenzó a cuestionar las actitudes que el grupo obradorista llevaba a cabo como el plantón en Paseo de la Reforma o la ríspida toma de protesta del panista en la Cámara de Diputados.
AMLO se autoproclamó «presidente legítimo» diez días antes de la toma de posesión de Felipe Calderón (Foto: Cuartoscuro)Pese a lo anterior, el PRD se mostró unido durante esos seis años, aunque cada vez se hacía más evidente que AMLO ya no era la pieza clave, ahora la mayoría de los reflectores apuntaban a Marcelo Ebrard, quien estaba siendo sumamente reconocido por su trabajo como jefe de Gobierno de la Ciudad de México, incluso internacionalmente al recibir la distinción como el Alcalde del año en 2010.
No obstante, debido al empuje que López Obrador tenía con la ciudadanía, más allá de la militancia partidaria, sumada con el Proyecto Alternativo de Nación, el tabasqueño volvió a competir por la Presidencia de la República; la historia tampoco terminó de la mejor manera, ya que fue vencido por el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto.
Pese a los señalamientos de fraude al Revolucionario Institucional, las autoridades electorales dieron por válida la elección; situación que llevó al tabasqueño a decidir separarse del partido al que había pertenecido desde 1989.
Las participaciones de AMLO mermaron la relación entre el actual presidente y el PRD (Foto: CUARTOSCURO)Fue el 10 de septiembre de 2012 que se dio a conocer que Andrés Manuel se separaba oficialmente del PRD, así como de la coalición que su expartido conformó con el Partido del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano, con el fin de conformar una nueva agrupación política la cual llevaría el nombre del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
“En esta nueva etapa de mi vida, voy a dedicar toda mi imaginación y trabajo a la causa de la transformación de México, lo haré desde el espacio que representa Morena”
En aquel momento, desde el Zócalo capitalino de la CDMX, el ahora presidente sentenció que la corriente obradorista, que ya era un movimiento fuerte al interior del PRD y que se había convertido en asociación civil, llevaría a cabo procesos de análisis para decidir si seguirían con tal figura pública o pasarían a partido político.
Aunque López Obrador agradeció a Jesús Ortega y Jesús Zambrano por su tiempo en el PRD, así como por apoyarlos en las elecciones que encabezó desde su unión en el partido, la ruptura fue más que evidente, tanto que actualmente estos personajes son unos de sus más grandes críticos.
Y es que, una fuerte ola de experredistas decidieron seguir al mandatario mexicano a Morena, tal fue el caso de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el actual presidente nacional del partido guinda, Mario Delgado y el presidente de la Jucopo del Senado, Ricardo Monreal.
Actualmente el PRD quedó reducido a un partido con muy poca representación política, además de unirse a los que por años fueron sus rivales políticos: el PRI y el PAN; mientras que, Morena, gobierna más de la mitad de los estados del país, además de dominar buena parte de los congresos locales y municipios.
Información de: Infobae
