Burro, Asno, Jumento, Rucho y otros tantos apelativos o formas en que conocemos al Equus Asinus, una especie animal que hoy pudiera iniciar el proceso de su extinción. 

Anterior mente tanto los burros como las mulas eran animales muy apreciados por la gente dedicada a labores del campo, su fortaleza, resistencia y facilidad de ser domesticado generaba que muchas personas se dedicaran a su crianza y cuidados. 

Hoy la falta de utilidad que en conjunto con las leyes propuestas por quienes supuestamente se dedican a salvaguardar a todos los animales a provocado que todos se olviden de ellos. 

Nadie quiere ya criar, alimentar, cuidar y hacerse cargo que una especie a la que incluso podría ser delito montar o dedicar para alguna actividad de trabajo, tiempo antes incluso en las ciudades existían personas que con ayuda de sus burros recojan cartón o desperdicios pero los supuestos protectores de animales casi los linchaban por maltratarlos según su juicio. 

Hoy todos esos que se pregonan como protectores de animales no han sido capaces de criar, alimentar o dar cuido a uno solo de los Burros que aun existen, mientras gastan su dinero en quejas, marchas o reclamos no se sabe que alguna asociación disponga de algún santuario para dicha especie. 

A lo anterior debemos sumar que pases orientales consideran a la piel del Burro como algo medicinal el asunto se torna aun más delicado, la gente que aun tiene a dichos animales prefiere el venderlos o deshacerse de ellos a precios irrisorios, mantener o dar de comer a semejante animal representa mucho gasto y como en México tienen nula demanda pues se ofertan al mejor postor. 

Justo es ahí cuando la muerte o la extinción de dichos animales parece no importarle a nadie, se trasladan en condiciones malas y todo para ser despojados de su piel que al igual que las aletas de tiburón o las garras de felinos se venden como productos para salud o milagrosos. 

Ojalá que los verdaderos  animalistas pongan atención al tema y aprovechen su tiempo en salvar a dicha especie, si se ponen a pensar que el toro de lidia tiene una excelente crianza, cuidados y una excelente alimentación por largos años de vida sin duda sus esfuerzos deberían concentrarse en otras especies de las que ya nadie habla pero que de forma urgente requieren atención 

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