Saltillo, ciudad cultural e inclusiva

Se esmeró el alcalde de Saltillo, José María Fraustro Siller, en la organización del Festival Internacional de las Artes 2022 (FINA 445). Para mi gusto, uno de los mejores que se recuerden. Diverso, popular y con espectáculos de calidad.

Convergieron la música, el teatro, la ópera, la literatura y las culturas populares. Destacando, en mi opinión, la Compañía de Ópera de Saltillo (creada por esta administración municipal), la sorprendente Saltillo Big Band y, por supuesto, su majestad, la Orquesta Filarmónica del Desierto; entre otros varios y talentosos creadores y artistas locales, quienes, meritoriamente, se ganaron un espacio privilegiado dentro del festival.

El espectáculo de cierre, simplemente extraordinario. Un innovador musical conformado por artes circenses, canto, baile y orquesta, bajo el nombre de Mirabile. El Auditorio Parque Las Maravillas lució abarrotado con una comunidad que supo reconocer el talento de los artistas y creadores.  

Hablando del alcalde saltillense, se dice que ‘Chema’ es un político eficaz, aunque parco y discreto; puede que una excepción en un mundo plagado de protagonismos y egocentrismos que, por lo general, derivan en sonados fracasos a la hora de gobernar. 

De hecho, fue así como Fraustro Siller se mostró en los distintos actos a los que acudió durante el festival. Cedió el escenario y los discursos a los artistas y a los promotores de la cultura de su administración. Su presencia, sin embargo, se notó en los resultados. 

Quiero pensar que el FINA 445 fue solo una muestra de las capacidades de gestión y liderazgo del alcalde para, sin mayores discursos, llevar a la capital de Coahuila hacia los más altos estándares del desarrollo inclusivo en un escenario pospandemia. 

Como ya lo hemos señalado en otra ocasión, el reto de José María Fraustro Siller es doble.  Por una parte, se enfrenta a las enormes complejidades de administrar una ciudad con una acelerada urbanización, en donde la inclusión, seguridad, movilidad y la prestación eficiente de los servicios públicos demandan una gestión municipal al nivel de las ciudades más prósperas del mundo.

Por otro lado, tuvo la suerte de gobernar en un momento y en una ciudad cuyos indicadores de seguridad, calidad de vida y competitividad se encuentran entre los más altos de los rankings nacionales. Debido a lo cual, mejorar los resultados de sus antecesores no será una tarea sencilla, al menos no en el corto plazo. 

El alcalde tendría que encontrar una forma creativa, como lo hizo en materia cultural, para garantizar que Saltillo permanezca entre las mejores ciudades para vivir y, al mismo tiempo, detectar las oportunidades estratégicas que, por diversas razones, pospusieron sus antecesores. 

Pensemos en la infraestructura urbana. ¿Cuándo fue la última vez que un alcalde inauguró un puente, paso a desnivel o alguna obra que impactará significativamente en la movilidad y la competitividad de la ciudad? 

Es evidente, por ejemplo, que el norponiente de la ciudad, específicamente en el cruce de periférico Luis Echeverría y el bulevar Isidro López, demanda, desde hace varias administraciones, una solución vial definitiva e inmediata. El congestionamiento que se genera en las horas pico es de tal magnitud que prácticamente afecta a la competitividad de la urbe entera, al disparar los tiempos de traslado de miles de habitantes de esa densa y creciente zona urbana.

Otro aspecto es, sin duda, el rescate de la zona centro. Si bien el denominado centro histórico se encuentra en regulares condiciones, parece ser el momento para proponer un programa que reinvente las vocaciones comerciales, turísticas y culturales del corazón de la ciudad. Imaginemos convertir una avenida o calle en un paseo peatonal, escoltada por restaurantes, cafés, tiendas y espacios artísticos. 

Por último, en mi opinión, Fraustro Siller daría un gran avance en su administración, sí voltea más hacia el sur, poniente y oriente de la ciudad. Saltillo no podrá ser reconocida como una de las ciudades más inclusivas del país, si no logra fortalecer la infraestructura social y urbana, mejorar la seguridad, elevar la calidad y cobertura de los servicios públicos y promover una sana convivencia familiar en las colonias de mayor densidad poblacional ubicadas, la mayoría de ellas, en las zonas de la periferia.